Capitulo 25: Una Horrible Verdad.

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Tierna.

La imagen que se estaba desarrollando frente a mi, podía calificarse como tierna.

En este momento me encontraba recostada en la cama del extraño cuarto al que había sido traída, Lyna, quien no dejaba de sollozar tenia la cabeza apoyada en mi regazo, y a su lado, durmiendo, la pequeña bola de pelos se había acomodado en una pelota, también podía sentirlo temblar suavemente y clavar sus diminutas garritas en mi piel, sin llegar a dañarme.

En un intento por consolarlos, cerre los ojos y coloqué mis manos en sus cabezas, tratando de brindarles un poco de calidez.

Así habían pasado ya casi dos horas, y aunque no me encontraba incomoda, si esto seguía así, pronto ambos terminarían por deshidratarse.

Y una persona enferma era más que suficiente, pues yo tampoco me encontraba en las mejores de las condiciones, mi cuerpo se sentía sumamente débil y mi cabeza dolía levemente, apenas había logrado ubicarme en tiempo y espacio, pues entre los sollozos de Lyna, me dijo que había estado durmiendo casi una semana. 

<<Sin contar el tiempo que estuve en aquella mansión.>>

Cuando se fue la confusión de mi despertar, no tarde en darme cuenta que me encontraba en un lugar desconocido, pues ciertamente este no era mi cuarto ni tampoco la enfermería.

<<Estoy comenzando a sentirme ansiosa.>>

Palmee levemente las cabezas de mis acompañantes.

—Señorita, ¿Se encuentra bien?—Pregunte mirando fijamente a Lyna.

Ella temblo al mismo tiempo que levantaba su rostro, este se veía hinchado y rojo por las lagrimas, bajo sus ojos, unas profundas ojeras negras ya se habían instalado, pero aun asi, estos me miraban tan brillosos como siempre.

—¡Oh, Nei!—Dijo mirándome fijamente y secando las lagrimas de su rostro.—¿Como pude...?—Comenzó a murmurar.—Eres tu quien esta en cama yo me comporto como una niña, lo siento...—Dijo agachando la cabeza.

Negue lentamente.

—Lamento haberla preocupado.—Me disculpe sinceramente.

Ella se tapo los ojos con las manos.

—Nei, estaba tan asustada...—Dijo mientras su voz volvía a quebrarse.—Cuando me desperté y no te vi, nadie podía decirme tu paradero, tampoco tu estado de salud, Yo..Yo...Tenia tanto miedo...

La mire fijamente.

<<Supongo que ambas hemos sufrido lo suficiente.>>

Suspire.

Realmente los últimos días habían sido una completa locura, Lyna quien había estado en un estado permanente de coma y yo, quien apenas recordaba algo mas allá de la ansiedad de querer salvarla.

Pero ahora estábamos nuevamente juntas, listas para avanzar al siguiente capitulo.

Aunque no supiera de que libro.

—Ahora esta todo bien.—Dije en un intento de tranquilizar a Lyna. Tome suavemente su mano.—Estamos a salvo.

<<Ah, esa realmente si que es una mentira descarada.>>

Pues realmente no estábamos a salvo.

Nunca lo habíamos estado desde el momento en que llegamos a Gelia, no había existido un sitio seguro desde que pusimos un pie en este jodido lugar.

Y aunque Lyna no me haya dicho nada, entendía que pronto recibiría mi castigo por engañar a los príncipes, apenas podía imaginar en que clase de estado se encontraban Keeran y Orión. 

¡Salvare a la Rosa de Marchitarse!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora