Firme.
Paso a paso, de camino al salón principal, trate de mantenerme firme.
Empujando muy dentro de mi, todo rastro de inquietud y ansiedad.
Podía escuchar el resonar de mis zapatos haciendo eco por todo el solitario pasillo. Aun así, trate de ignorarlo y concentrarme en lo que sucedía.
En lo que estaba por suceder, mejor dicho.
Pues en este momento, iba camino a un encuentro inevitable con Keeran y Orión, al cual, había sido obligada a asistir.
<<Y no solo eso.>>
Pues como si el collar, que se aferraba a mi cuello con una intensidad monstruosa, no fuera suficiente, ahora también llevaba puesto un vestido violeta, que hacia juego.
<<¡Un jodido vestido que hacia juego!>>
—Maldita sea.
Si bien el collar en mi cuello tenía un significado bastante complejo, estaba segura que el vestido que llegó a mi habitación, en una caja dorada, no era más que para molestarme.
No dudaba que los principes se estaban divirtiendo con la situación, y el uso de este atuendo era, simplemente, una muestra de poder.
De su poder.
De solo pensarlo, la indignación que sentía solo crecía mas y mas.
Y aunque mi primer instinto fue rasgarlo y probar las garras que decoraban sutilmente mis manos, me detuve en el ultimo minuto.
Pues no era tiempo de enojarme.
Debía pensar con la cabeza fría y calcular las posibilidades. Y a pesar de no saber a lo que me enfrentaba, algo estaba claro.
No debía perder.
Si realmente lo que Isel me había dicho era cierto, si verdaderamente las cosas se habían torcido hasta un punto irremediable, entonces solo me quedaba una opción.
Retorcerlas aun mas.
Quizás de esa forma, podría volver a trazar un destino que nos lleve, gradualmente, a un final feliz.
<<Aunque definitivamente no será fácil.>>
Debía averiguar que era lo que había llamado la atención de Keeran y Orión, y romper con la imagen en la que habían puesto sus ojos.
Suspire y mire la noche a través del gran ventanal.
<<Realmente he actuado de forma imprudente.>>
Hubo un tiempo en que pensaba que todo estaba bajo control. Sin darme cuenta que en las sombras de mi propia arrogancia, las cosas se rompian, lentamente, a un punto inimaginable.
Fue realmente muy estúpido subestimar al destino, pensando que seria sencillo de cambiar.
Mi error.
Por ello, debía comenzar a enmendarlo. Aun así, esperaba que en el proceso, no perdiera lo mas importante.
<<Libertad.>>
Pues si al final de todo, terminaba enjaulada, entonces, verdaderamente, ya no quedaría nada que salvar.
Un escalofrió recorrió mi espalda.
<<¡Bien! Concentrémonos en el presente.>>
Primero, debía salir con vida de este encuentro, luego, me encargaría de lo demás.
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¡Salvare a la Rosa de Marchitarse!
FantasyIncluso hasta el final, viví una vida sin sentido, siendo utilizada como un arma viviente. 《Si alguien puede oírme, realmente me gustaría experimentar el calor de una buena vida.》 《Salvala》 Al abrir mis ojos el dolor se había ido, Pero... ¡¿Desperté...