Estresado.
El, caminaba por los pasillos de aquella mansión sin prisas. Y aunque su apariencia mostraba que estaba relajado, realmente por dentro se encontraba estresado.
Pues cada vez estaba mas seguro de que se había equivocado.
Pero no era su culpa, el conde Gert fue quien en realidad se había equivocado.
<<Inútiles, son todos unos inútiles.>>
Usar a la nobleza de Gelia había sido una buena idea. Sus ansias de hacerse con el trono y la corona era grandes. Y cuando un hombre tan importante como el se acercaba a ellos, simplemente podían ver sus deseos egoístas hechos realidad.
Los peones para sus planes nunca cesaban, si uno se rompía, podía encontrar diez mas que ocuparan su lugar. Y al ser atrapados, jamás recordaban nada mas allá de su propio egoísmo.
El, era simplemente el titiritero perfecto.
Pero el problema era que, simplemente, sus peones eran inútiles. Tontos, todos iguales y sin gracia.
El conde Gert era la prueba perfecta de ello.
Por su culpa, se habían equivocado de objetivo.
Bufo con molestia.
Sin darse cuenta, llego al las puerta del enorme cuarto rosado donde descansa, cual princesa durmiente, la joven con cabellos del color del oro.
Entro con cuidado de no provocar ningún ruido. Pero pronto se dio cuenta de su error.
<<Esta completamente drogada. No puede escucharme.>>
Se acerco para verla bien.
Parecía un pequeño ángel que estaba durmiendo sobre una nube. Pero si mirabas con cuidado, los circulos negros bajos sus ojos y la palidez de su piel no eran normales.
Y era de esperarse, un humano no puede vivir a base de sopa, té y una gran cantidad de drogas.
Aun así, estaba seguro que aquello era mejor que estar bajo la mirada de los príncipes de Gelia, por eso, el se sintió piadoso, la había rescatado de sus garras. Los sueños a veces podían ser un mejor lugar para morir que la realidad.
Aun así, se sorprendía la fuerza que mostraba la humana, como si deseara aferrarse a la vida.
Al parecer, tenia un lugar al que quería volver, alguien a quien no quería olvidar.
Con cuidado tomo uno de sus mechones de cabello entre sus finos dedos.
<<Y pensar que tengo a la joven equivocada.>>
Al principio, tenia mucho sentido. Dos príncipes demoniacos enamorados de una joven cuya imagen era semejante a la de un ángel.
Irónico, pero posible.
Pero la situación era mas compleja de lo que el imaginaba.
Había esperado su momento por años, siempre en las sombras, acechando, esperando que los odiosos príncipes de Gelia tuvieran algo tan valioso que no soportaran perderlo.
Y cuando lo encontraran, iba a arrebatárselo.
Había empezado a perder las esperanzas, pero para su suerte, algo había cambiado en el ultimo tiempo.
Todo comenzo cuando se entero que el ejercito e Gelia se había movilizado para buscar a una joven. Luego, el día del torneo, logro divisar algo interesante desde la sombras. Y finalmente, el día del baile, cuando se le informo que los príncipes llevarían una pareja, simplemente lo supo.
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¡Salvare a la Rosa de Marchitarse!
FantasyIncluso hasta el final, viví una vida sin sentido, siendo utilizada como un arma viviente. 《Si alguien puede oírme, realmente me gustaría experimentar el calor de una buena vida.》 《Salvala》 Al abrir mis ojos el dolor se había ido, Pero... ¡¿Desperté...