Fuerte.
El sonido de la lluvia resonaba con fuerza a nuestro alrededor, el tiempo parecía haberse detenido por un instante, como si el mundo hubiera dejado de girar justo ahora, para nosotros.
Nadie se movía, al parecer, todos temían hacer un movimiento lo suficientemente brusco como para romper aquel frágil e inestable silencio en el que nos encontrábamos.
<<¿Qué esta sucediendo?>>
Observe a Keeran y Orión, pero ambos se encontraban estáticos en sus lugares, y lejos de devolverme la mirada, sus ojos estaban clavados en la persona detrás de mi, aquella que aun sostenía con fuerza mi hombro y apuntaba aquella resplandeciente hoja plateada en dirección a los príncipes.
Pensé en voltearme y descubrir el rostro aquella misteriosa mujer, pero no sabia si al hacerlo, podría intentar atacarme por la espalda.
<<Estoy atrapada.>>
Incluso asi, los guardias que nos rodeaban, aquellos que llevaban aquel extraño uniforme que cubría sus rostros, se encontraban calmados, como si no supieran que lo que hacían podría culminar en una guerra.
<<¿De donde han salido?>>
No parecían pertenecer al ejercito de Endra o Melada, mucho menos a los paladines de Cainyx.
<<¿Quizás de otro lugar?>>
Pero, ¿Qué otro ejercito haría semejante escandalo?
—Baja tu arma, ¿No te das cuenta con quien estas tratando?—El gruñido de Orión me saco de mis pensamientos, y de pronto, el mundo que se había detenido hace unos instantes, volvió a girar.
Aunque no supe exactamente en que dirección.
Sentí como la mujer detrás de mi sonrió.
—Lamento tal falta de respeto.—Su melodiosa voz cargada de desdén para con los príncipes lleno mis oídos.—Pero me pareció escuchar algo poco agradable.—Finalmente bajo su espada, mas no me solto.
—Llegaron antes de lo esperado.—Dijo Keeran, sus ojos dorados se mantuvieron firmes.—Sueltala.
—Digamos que El, ya no podía aguantar.—Ignorando la orden de Keeran hablo haciendo referencia a una persona que yo no conocía.—Realmente desea verla.
El primer principe apretó sus labios en una linea recta.
Mis ojos se cruzaron con los de Orión, este, esquivo mi mirada bruscamente.
Un mal presentimiento comenzo a invadir mi cuerpo.
<<No, no, no...>>
Rápidamente me solté del agarre de aquella mujer, quien me dejo ir fácilmente y me di vuelta para ver finalmente su rostro.
Tuve que hacer un esfuerzo para no caer de rodillas.
Llevaba un atuendo diferente al de los demás caballeros que nos rodeaban, su armadura negra se ajustaba perfectamente a su cuerpo, su silueta estaba bien definida y no parecía incomodarle en lo absoluto.
<<No, pero eso...>>
Largo cabello naranja estaba trenzado tras su cabeza y caía por su espalda, el recuerdo de la primera vez que vi a Meldian invadió mi mente como una película que ya había visto.
<<Es similar...>>
Pues en cada una de sus mejillas, dos franjas de un tono coral decoraban sus pómulos, haciendo resaltar aun mas sus delicadas facciones.
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¡Salvare a la Rosa de Marchitarse!
FantasiIncluso hasta el final, viví una vida sin sentido, siendo utilizada como un arma viviente. 《Si alguien puede oírme, realmente me gustaría experimentar el calor de una buena vida.》 《Salvala》 Al abrir mis ojos el dolor se había ido, Pero... ¡¿Desperté...