Capitulo 8: Extraños Sentimientos.

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Problemas.

Desde el momento en que mi mano recibió aquel corte con la espada, solo tuve problemas.

Luego del incidente de la biblioteca, mi mano se encontraba destrozada, no solo por la infección de la espada venenosa, sino también por el uso de Lerbo en la herida. Era prácticamente inutilizable, no podía mover los dedos, pues un sutil movimiento hacia a mi mano arder como mil infiernos.

Sabia perfectamente que dentro de unos pocos días, la herida estaría casi cicatrizada y sin infección, pues aquel antídoto era mas que efectivo en la novela.

Pero hasta que pasen al menos tres días, y mientras se cura, el dolor que produce es realmente espantoso.

Gracias a mi vida anterior, aprendí a usar ambas manos por si era necesario, pero aun así, me encontraba en una situación complicada. Y no solo yo, sino también Lyna, pues gracias a mi reciente problema y mi inexperiencia, termine por derramar el té en su falda.

<<Debo protegerla y termino tirandole té caliente.>>

Como si aquello no fuera suficiente, la venda en mi mano, que resultaba también ser el lazo de Keeran, estaba jodidamente ajustada, y por mas efectivo que el Lerbo sea, si la herida no respiraba un poco, el proceso de cicatrización durara mas de lo esperado, Por ende la inutilidad de mi mano derecha se extenderá por unas semanas mas.

A pesar de este gran contratiempo, supe que no todo eran malas noticias, pues aquel incidente en la biblioteca me había dado una pista mas sobre el cuerpo de Nei.

No posee cicatrización rápida.

Lo cierto es que el corte en mi mano, el cual fue hecho con una espada de plata, no me diría si mi cuerpo era capaz de sanar rápido, pues la plata lentifica la cicatrización de todo ser sobrenatural.

Aun así, me di cuenta que mi cuerpo cicatriza a un ritmo normal gracias a la pequeña herida de mi labio inferior, la cual aun no ha ni siquiera comenzado a sanar.

Por ello, tuve que inventarle otra mentira a Lyna, diciendo que rompí mi labio gracias a que me golpee con un libro.

Si bien esta vez no lloró, me prohibió ir a la biblioteca sola, y luego del asunto de la daga, creo que empieza a sospechar que soy una idiota.

<<Yo también lo sospecho.>>

Desde ayer, Lyna no me dejo realizar ninguna acción, solo me dijo que debo mantenerme a su lado sin esforzarme, a pesar de mis quejas, solo conseguí poder acompañarla a donde vaya.

Ahora nos encontrábamos sentadas, tomando el té de la tarde. Y debia admitir que el jardín de rosas era ciertamente un espectáculo, y aun mas en plena primavera.

Por donde mirara, todo era un campo de rosas rojas, con espinas por su puesto, aun así, aquel inmenso jardín era dividido por un pequeño camino empedrado, justo en el centro una hermosa fuente de agua lo partía a la mitad, al final, había un pequeño quiosco, allí era donde tomábamos el té y donde Lyna conocerá al príncipe Nilo en unas semanas.

—¿Nei? ¿Me estas escuchando?—La dulce voz de Lyna me saco de mis pensamientos.

La mire, traía un sombrero marrón sencillo, que hacia juego con su pulcro vestido blanco. Ambos decorados con listones rosas, haciendo que sus ojos resaltaran de manera evidente.

Su rubio cabello caía en cascada y se sacudía con el viento primaveral, era simplemente hermosa.

Pronto divise en su muñeca, rompiendo con aquel frágil equilibrio, un lazo morado se encontraba atado en su muñeca.

¡Salvare a la Rosa de Marchitarse!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora