Capitulo 20: Un Protagonista Masculino y una Tragedia.

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Mala suerte.

Desde que tenia memoria, incluso en una vida u otra, donde sea que esté, jamás había creído en el karma.

Simplemente, pensaba que era mala suerte.

En mi primera vida, fui separada de mis padres, vendida y utilizada como herramienta para satisfacer los deseos de corrupción de una persona con poder.

Y al final morí, de la misma forma en que viví, vacía, olvidada, sin la mas mínima esperanza.

Aun con una herida mortal en el pulmón, supuse que solo fue mala suerte.

Si, la mala suerte de caer repetidas veces en las manos equivocadas.

<<Quizás la mala suerte de haber nacido.>>

Luego de morir entre frío y calor, pensé que todo se había terminado, para bien o mal, no tendría que volver tener el sufrimiento de lo que significaba aquella existencia para mi.

Pero incluso pensando así, finalmente desee volver a vivir, en un lugar cálido, donde nunca jamás pudiera volver a sentir la ironía del destino.

Cuando volví a abrir los ojos, me sorprendió el saber que ahora era una persona distinta, un ser completamente nuevo.

Quizás una deidad se había apiadado de mi alma, quizás al final, aquel dios del que todos hablaban, me había dado otra oportunidad.

Tal vez, en esta nueva vida, mi suerte había cambiado.

Me gusto pensar eso, al menos durante los pequeños instantes que duro.

<<Pero la esperanza es algo que jamás pude sostener con mis propias manos.>>

Si, era otra persona. Mi rostro había cambiado, también tenia un lugar al que llamar un hogar, incluso alguien se preocupaba por mi.

Mi deseo se había vuelto realidad.

Pero mi suerte, antes mala, ahora se había vuelto aún más retorcida e irónica.

Pues este cuerpo, esta vida, tenían una fecha límite de tiempo, como si se tratara de la caducidad de una producto.

Nei, estaba a un par de meses de su muerte.

Esta nueva vida, se dirigía a su final previamente escrito en las páginas de un libro.

<<¿Que sentir cuando mueres y renaces, solo para morir nuevamente?>>

Pronto, entendí que aquella deidad, aquel dios supremo, simplemente era un ser corrupto con el cual no podía contar.

Decidí ignorar aquello e intente tomar el destino en mis manos, cambiar el mal final que me esperaba no solo a mi, sino también a la protagonista.

Al principio era un deuda, luego se convirtió en un deseo de salvar a aquellas personas, incluso si debía caminar por el mismo sendero sangriento del que tanto ansiaba alejarme en el pasado.

Claro, las cosas salieron mal muchas veces.

Las heridas provocadas, toda aquella sangre y lágrimas que fueron derramadas, no era lo que buscaba, no lo pude preveer, pero debía seguir firme si deseaba cumplir mi deseo.

Intente eliminar cada escenario peligroso, incluso aquellos que aun no habían aparecido, tuve que contener e intentar comprender aquellas nuevas emociones que no eran mías, escapar de personas que no conocía, e intentar mantener una vida que rápidamente comprendí, no me pertenecía.

<<Lo intente, Demonios, realmente lo intente.>>

No me sentía una víctima del destino, pues sabía que de nada servía lamentarme, no estaba buscando la compasión de dios, porque ya no deseaba obtenerla.

¡Salvare a la Rosa de Marchitarse!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora