Curiosidad.
Aquello era lo que la propuesta de Azmerel había provocado en mi.
La cual acepte sin dudar.
Claro; también se debía a que ansiaba salir un poco de los altos muros de este lugar, que junto con mi mente, comenzaban a agobiarme.
Quizás, entonces podría respirar con más facilidad.
<<Pero...>>
No sería tan sencillo.
—¡Nosotros los acompañaremos!—El grito de Mirea me saco de mis pensamientos.
Por un momento, me había olvidado del gran ejército negro que seguía cada paso de los integrantes de esta familia.
Pues nuestro pequeño viaje, había sido obstruido por las buenas e insistentes intenciones de la Capitana.
Me cruce de brazos mientras observaba a Mirea hablarle a Azmerel seriamente.
—No. Alteraran a las personas.—Dijo este firme.
Admire desde mi lugar a aquel hombre hablar tan calmado.
Esta discusión llevaba al menos media hora, y nadie parecía querer ceder.
Yo por otro lado, habia decidido mantenerme alejada de esto, sea cual sea el resultado, lo más probable es que terminaríamos llamando la atención de todos modos.
<<Quiero decir, ¿Acaso han visto el rostro de estas personas?>>
Contuve un suspiro. En parte era un poco ridículo.
Mire como los ojos naranjas de la capitana, se llenaban de preocupación.
—¡Pero... Pero...! La señorita...
—Parece que no lo entiendes.—Asmed quién estaba a mi lado, hablo ganando la atención de todos nosotros.—Estorbaras. ¿Quieres que lo deletree? —Pregunto sarcástico.
—No seas un patán.—Murmure.
Las mejillas de Mirea tomaron un color rojizo por la vergüenza, su mirada se lleno de furia al tiempo que giro en dirección a Asmed.
<<Oh no.>>
Di un paso hacia atrás mientras me preguntaba porque incluso dar un paseo resultaba tan caótico.
—¿Por que mejor no vemos quien es más digno de escoltarlos?—Observe como ponía su mano sobre la empuñadura de su espada.
A su vez, Asmed comenzó a ponerse en posición de pelea.
—Suena interesante.
Me pareció curioso saber quien ganaría esta batalla.
Sacudi mi cabeza.
<<No, ese sería un problema...>>
Un poco asustada, gire mi vista hacia Azmerel, que para mi sorpresa, este estaba viendo en mi dirección.
<<¡Oye tu! ¡Haz algo!>>
Al captar mi mirada, suspiro.
—Asmed. Mirea.—Ambos se pusieron rígidos.—Las cosas se harán de la forma en que estaban originalmente planeadas.
Aunque lo dudaron, rápidamente, hicieron una robotica reverencia.
—... Si, señor.—Dijieron al unísono.
Frunci el ceño.
<<¿Planeadas?>>
Cuando Azmerel volteo en mi dirección, me pare derecha intentado borrar toda sospecha de mi rostro.
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¡Salvare a la Rosa de Marchitarse!
FantasyIncluso hasta el final, viví una vida sin sentido, siendo utilizada como un arma viviente. 《Si alguien puede oírme, realmente me gustaría experimentar el calor de una buena vida.》 《Salvala》 Al abrir mis ojos el dolor se había ido, Pero... ¡¿Desperté...