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–Así será, no te preocupes. La gente termina cansándose de seguir hablando de los mismo, Hinata-san.

–Sarada-chan... No es eso, me preocupa Hima...

–Oh... Creo que lo entenderá si tan solo le dice, no cree?

–No lo sé...

Había pasado ya unos largos meses, la situación seguía como estaba desde que él se marchó. Sin embargo, las cosas en su hogar estaban algo tensas por la menor de todos. Su confusión y celos estaban más que latentes, ocasionando que siempre pregunte por su padre biológico y desear irse con él..

–Realmente no lo sé... Naruto no ha querido verla después de...

(...)

Estaba sola, sus tres hijos estaban dormidos ya. Sí, ya hacía de cuenta a la pequeña Uchiha como de su familia. Si se apoyan mutuamente, considerarlo familia es poco.

Estaba tranquila, terminando de tejer una que otra prenda para su compañero o sus hijos, le gustaba y era su pasatiempo, pues le generaba tranquilidad, pero aquella, se esfumó al escuchar tres golpeteos en su puerta.

A esas altas horas de la madrugada, se sintió extrañada, pero simplemente con su dōujutsu para ver desde esa distancia que estaba, se sorprendió, dando un respingo y ocasionar la caida de la tela junto a todos sus materiales.

–¿Sasuke-kun?– Susurró.

Rápidamente, corrió abrirle. Su corazón latía y parecía brincar de felicidad, incluso saltó hacia él para brindarle un abrazo.

–Hey...

Hinata separó su cabeza del pecho del Uchiha. El azabache al verle los ojos, podría asegurar que su compañera iba a llorar.

–H-Hey...

En ese momento parecían par de adolescentes conociendo el amor, dónde sus sentimientos parecían tomar control de ellos y solo pudieron obedecer a lo que ellos deseaban... Era brindar amor.

Hasta que perdieron el control por completo.

Ambos se miraban fijamente.

Ambos reprimían las ganas de unirse de una vez por todas. ¿Por qué lo harían? Solo necesitaban la compañía del otro, no era necesario recurrir a esos afectos...

Sin embargo... En este momento era nulo ese pensamiento.

Fue cuestión de segundos cuando sus labios se unieron, encerrandolos en un ambiente donde desbordaban amor como tal. Ninguno parecía querer separarse, solamente correspondían como si fuera algo que hubieran hecho antes. Jamás entenderían ese sentimiento tan complicado de explicar y por ende... Demostrar.

Aunque bueno, no era momento para pensar en eso, efectivamente estaban en su burbuja, ambos dándose caricias que cualquiera diría que solo murmuraban cerca del rostro del otro, burlándose del conocido amor de parejas.

Pero no todo puede durar lo que quieran.

–¿Mamá...?

Eso solo resonó en los oídos de ambos adultos.

Infidelidad || Hinata HyūgaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora