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—Vinimos hasta aquí porque usted sería la más prudente para hablar del tema.—Habló fuertemente.

Se encontraba frente a dos altos mandos de Konoha. Nunca les tomó en cuenta para nada, incluso con los temas del clan Hyuga, nada. Así qué, verlos ahí y llegar hablando como si nada del nacimiento de su hijo, solamente pudo asegurarse de que eran tontos.

¿Qué clase de madre dejaría a las manos de otros?, quiénes están sedientos de poder para quedar nuevamente en la cima como potencia entre las naciones. Perdían el tiempo.

—Pierden su tiempo.—Dijo con voz calmada. Típico de Hinata.—Mi hijo nacerá, y él decidirá sí quiere convertirse en shinobi o no. Espero que con eso les quede claro.—Se levantó, sonriente.

Obviamente falsa.

—Gracias por su visita y por tener la cortesía de hablar sobre ese tema, seguro mi esposo les ha dado a conocer su decisión también.—Habló con doble intención en esas últimas palabras.

Sasuke Uchiha no era alguien débil y menos un anciano. Si causaban problemas con su familia, seguramente terminarían mal y eso los ancianos lo sabían más que nada. El Sharingan y Byakugan no eran una buena combinación para tenerlos en contra.

(...)

Después de que se marcharan, la noche cayó dulcemente en Konoha y sus alrededores. Estaban tranquilos a pesar de que se les haya dado a conocer lo que querían realizar con el nuevo integrante de la familia. Estaban seguros de protegerlo ante todo, darle la vida que merece.

Reunidos en la sala de estar, todos hablaban entre ellos, comentando cualquier vanalidad o importancia que habría ocurrido en su día a día. Solo Hinata estaba en silencio, sentada en un sofá, acariciando su abultado vientre.

Sasuke aún no llegaba. Pero no estaba preocupada, con anterioridad le había informado que tardaría a la cena, pero todos decidieron esperarlo.

—¿Mamá?—Llamaron. Hinata giró su rostro en busca de Boruto.—¿Sucede algo?

—No, cariño. Todo está bien...—Respondió mirándolo con una sonrisa.— Cuéntenme, ¿Cómo van con lo del kar-

Frente a una interrupción, se vió en la necesidad de hacer silencio. Todos los presentes se miraron, había sonado la puerta pero no estaban seguros.

No esperaban visitas y tampoco es que vivan donde haya mucha gente a los alrededores.

—Yo iré.—Anunció Kawaki, levantándose mientras cambiaba su aspecto a uno seguro de sí mismo.

Sasuke no podría ser, él tenía llaves del hogar, podría entrar de una vez. Así que, tenían que estar seguros de quién podría ser, pero... Ya tenía la sospecha de quién se trataría.

Infidelidad || Hinata HyūgaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora