Infidelidad || Hinata Hyūga

74

—Deberiamos seguir solamente los dos, Hinata.—Le dijo en un suave susurro.

Hinata lo miró directamente, se sentía extrañamente nerviosa.

—Estoy de acuerdo en eso, Sasuke-kun... Deberíamos dejar atrás todo lo sucedido e ignorarlos. Si solo seremos los dos, estaremos bien sin problemas. ¿Verdad?—Preguntó al final, con cierto temor en su mirada.

Sin embargo, la respuesta fue más que clara cuando Sasuke agarró del cuello a Hinata con la intención de besarla profundamente.

—Sasuke-kun...

—Hgámoslo

Y desde en ese instante en el que ambos se unirían de una vez por todas. Sería el inicio de un nuevo amor que tenía la ilusión de florecer con cada días que pasaba.

Ambos realmente se amaban, y creían estar listos para sobrellevar sus nuevos sentimientos hacia ellos, cada quién decide hacer con su vida lo que le plazca y más aún cuando en vez de empeorar, mejoró. Por ambos complementaban al otros, siendo literalmente una pareja como tal. Marcó demasiado ya que habrían olvidado lo que les había sucedido, incluso el mismo dolor que se había encargado de unirlos a ellos. Lo agradecían sí, pero más cuando siguieron mutuamente sus sentimientos sin miedo nuevamente al engaño, fue como si el mismo destino habría ocasionado eso para que se juntaran sin cuestiones.

—¡Niños, bajen a comer!—Gritaba una animosa Hinata después de formalizar ante todos su relación.

Una relación estable.

—¡Ya vamos! ¡Kawaki aún no despierta!—Respondió Himawari de lejos.

Himawari ya estaba algo grande. Había crecido al igual que sus hermanos.

—¡Terminarán comiendo solos! ¡Rápido, por favor!—Insistió, sentandose a la espera de verlos pasar por la puerta que estaba ahí.

Y así fue. Todos los adolescentes pasaban animados, hablando entre ellos. Todo el ambiente anterior que habrían abandonado, no era ni parecido al actual.

Realmente fue bueno la decisión de los dos adultos, unir sus vidas. No habrían creído que eso beneficiaría aún más la familia Hyūga, Uchiha. Así que, básicamente. Los tormentosos días parecían acabar en ese instante. Lo cual ayudaba a la familia a crecer poco a poco entre ellos mismos.