Infidelidad || Hinata Hyūga

26

–Hinata, ¿e-es en serio? No lo quiero creer...

–No quiero seguir siendo tu esposa. Ya lo he decidido, Naruto.

Su padre estaba ahí, estaban en la casa Hyūga. El ambiente era tenso, pero era un alivio enorme que Hiashi estuviera sereno ante las mini discusiones que tenían ambos.

En medio de ellos, estaba una pequeña mesita, sobre ella, unos papeles junto a un bolígrafo.

Sí, papeles de divorcio. Ya tenía que ser un hecho.

–Por favor, Hinata... Cariño, n-no me dejes.

Ella bajó su cabeza.

–Naruto-san, hasta ese entonces te había amado, te había venerado, respetando nuestro compromiso. Simplemente no podré soportar a alguien que... Se engaña a sí mismo.

–¿Engañarme? ¿Con qué?

Ella alzó su mirada, más inexpresiva que nunca. Tenía que mantener su cabeza en alto... Como siempre.

–Tú volvías a ella, mientras yo volvía a nosotros, cada vez... Esperándote. Pero eso se acabó. Has que al menos no tenga repudio hacia tu persona, Naruto-san.

El rubio, con intentos de rogar aún el amor y fidelidad de la Hyūga, quiso seguir hablando, quiso acercarse, pero fue detenido por Hiashi, poniendo una mano frente a él.

–Naruto Uzumaki, mi hija no quiere verte de nuevo. Solo firma.

–Pero... Pensé que me iba ayudar a tratar de convencerla de que siguieramos juntos. Y-Yo... ¿No quería lo mejor para su hija?... S-Soy el hokage y ella... Heredera del clan... Hyūga.

Naruto agachó su cabeza.

Hinata ignorando como su corazón latía sin parar, se levantó.

–Desde hoy, los niños pasarán a mi custodia, mi labor como shinobi seguirá y volveré a tener mi apellido Hyūga. Así que... No te preocupes por los niños, estarán bien conmigo. Los podrás ver cuando quieras. Tenlo en cuenta, Himawari-chan te espera, Naruto-san.

Naruto seguía mirando el suelo. Entrando en desesperación.

¿Cómo se sentía? ¿Sintió ese dolor en el pecho al igual que ella cuando se enteró? Ja... Era imposible. Simplemente era una fachada de dolor, solo se había acostumbrado a ella y apenas reacciona cuando está a punto de perderla. Igual con la situación de Toneri.

Apenas se daba cuenta de su amor hacia él, cuando justamente estaba a punto de perderlo. Ahora, definitivamente lo perdió.

–Hinata... Te amo.

Esa palabra causó un escalofrío en su espalda, pero ignorandolo. Salió de la habitación, con paso rápido.

–Es momento de que firme, Hokage-sama.

Habló su padre, después de que ella desapareciera de ahí.