Infidelidad || Hinata Hyūga

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—Ya es suficiente.—Murmuró, frente al rubio y a la pelirosada sin mirarlos directamente.—Lo es, Naruto.

Sus palabras desconcertaron a la pareja matrimonial. Su valentía resplandecía cual brillo en oscuridad.

Hyūga Hinata estaba frente a los Uzumaki.

—Eh... ¿A qué te refieres, Hinata-chan?— Respondió Sakura con una risita de por medio. Hinata alzó su mirada hacia ella. Seria.

—A que su esposo detenga sus intenciones de querer regresar a mi vida, Sakura-san.—Respondió calmadamente.

—...¿Qué?

El desconcierto quedaba corto en esa escena. Naruto se mantenía en silencio, en su sitio mirando de frente a Hinata.

—Te refieres a que... ¿Ha estado llendo a tu hogar con la intención de verte a tí?— Hinata asintió. Sakura suspiró, cruzándose de brazos mientras de reojo miraba al rubio estático.

—No podría esperar más y creo que eso lo sabes, Hinata. Estamos juntos no porque nos amemos. De hecho, odio a Naruto por alejarme de Sasuke.— Esas palabras bastaron para que su rostro se arrugara. Confundida.

Sin embargo, se mantuvo en silencio. Analizando que diantres pasaba con esa relación.

—Si intentas destruir una "pareja" recurre a métodos más sucios. Como lo hice en tú caso.— Sakura con su panza ya grande, se levantó y empezaba a caminar hacia la cocina. Dando esa apariencia de tener aires de grandeza.

—No estoy jodida por dentro para hacerlo.— Sakura rió ante lo dicho por la mujer.

—Cariño, sé a lo que querías llegar.

Hinata suspiró cansada, levantándose también pero para marcharse de esa extraña casa.

—Por favor, no hables con orgullo todo lo que hiciste y aún haces, no creo que seas tan idiota para decir a todo pulmón la falta de moral e inteligencia que tienes.— Suspiró nuevamente, Sakura chisteó.—He venido con el propósito de que me dejen en paz de una vez. No me compares con tus artimañas, Uzumaki Sakura..

El silencio se presentó de inmediato, donde las miradas de rencor, burla y culpabilidad se represantaban en su máximo esplendor en esa casa.

—No quiero dejarte.— Como niño pequeño, Susurró, pero no fue escuchado por la mujer, incluso ya se había ido.

El silencio reinó la sala nuevamente, siendo algo ya tosco y desilusionador. Naruto estaba ahí desparramado ahora en el sillón. Sin saber como mantener una buena relación, hasta el punto de suponer que no podía y no era lo suyo. Él también odiaba a Sakura por el hecho de arruinar a su familia, pero pasaba a un lado al ver a la hermosa y pequeña hija que tenían.

Como un recordatorio viviente. Sin pensar en su futuro, simplemente llevaban las cosas así como así. Sin sentido alguno. Sin amor o algo parecido, de hecho, vivían juntos por aquella niña y el que estaba en camino.