My Littler Chaos

26.

Era la primera reunión de guerreros que tenían desde que ambos Omegas se enteraron de que estaban encinta, y por parte de Rubius los nervios estaban presentes, pues con Vegetta habían planeado decirle a todos que eran pareja fija y serían padres en unos cuántos meses.

Alexby había llegado de último junto a Fargan, quien  era su pareja desde que se enteró de que no sabía cómo quitar la marca de un Omega, cosa que hizo que a su vez dejara a Dulce en una fastidiosa y triste escena de celos, traición y abandono por parte de la chica, ella se fue a vivir a las afueras de Karmaland junto a Akira y Nieves, quienes al enterarse de su ruptura se compadecieron de ella y juraron venganza por las tres.

Fargan seguía desanimado por aquello, pues a su parecer había tenido una relación muy bonita con su  doncella hasta que Alexby se interpuso en medio, sin embargo jamás le echó la culpa, siempre creyó que fué él mismo quien causó todo.

Cabe destacar que Alex hasta ahora no había tenido los huevos de decirle a Fargan sobre el bebé, esperaba aún así que su reacción no fuera la peor sabiendo que el chico no transmitía muchos sentimientos hacia su persona, sólo amistad.

Auron y Luzu habían estado bien el uno con el otro, y a la doncella de Auron poco le importó que su marido mantuviera relaciones con otro guerrero de vez en cuando, jamás sufrió por celos, además ella también le tenía puesto el ojo a una señorita de por ahí, cosa que ambos sabían, pero aún así mantenían su relación con normalidad, mucho más porque estaban felices viviendo en la misma casa y teniendo encuentros íntimos de vez en cuando.

Cuando ya todos los guerreros se encontraban en sus respectivas sillas Vegetta tomó la palabra, como siempre.

— Bueno, chicos. He convocado está reunión porque tenemos una noticia muy importante para daros, y porque quería saber cómo os está yendo con el asunto del Hechizo. — fijó la mirada en cada quién, y el primero en hablar fué Willy.

— Odio esto, necesitamos un reversa ya mismo. — estaba enfadado, se notaba a kilómetros que su actitud no era la de antes, últimamente era más directo, tosco y reservado, Vegetta notó que estaba pasando algo.

— ¿Alguien tiene una idea de cómo hacer que volvamos a la normalidad? — preguntó Fargan y todas las miradas se posaron en Luzu, quien se encogió de hombros y agachó un poco la mirada.

— Lanita dijo que sigue trabajando en ello, que la solución no está en los libros de magia que ella tiene y seguramente debe viajar para encontrarlo.— respondió.

— Vale.

— Yo no siento ningún cambio, la verdad — comentó Mangel cruzado de brazos.— Es como si mi vida fuese normal, como siempre ha sido.— sonrió de medio lado.

— Eso es porque eres Beta, Mangel.— dijo Luzu en voz baja tomando la palabra otra vez.

— Pues, no me gusta, yo quiero ser un Alfa, que todo el pueblo me tenga miedo.

— Oh, no, no seas idiota, no digas eso, que ser Alfa no está guay, te lo digo yo, macho.— comentó Willy, quien aparentemente le hubiese gustado más ser un Beta que un Alfa, así su vida no tendría un cambio drástico, y todo estaría bien.

— Pero qué me dices, come pollas, que vosotros los Alfas son mucho más fuertes, no sé, tenéis a todo el puto pueblo a sus pies.

— Claro, de toda la vida he tenido al puto pueblo a mis pies, eso no cambio a la hora de ser un jodido Alfa de mierda.— y el tema ya estaba siendo tedioso para el albino.

— ¿Tenéis que decir tantas groserías? Es que no lo entiendo, macho.— intervino Vegetta tratando de darle un alto, y así poder tomar la palabra él.— Bueno ¿Alguien más quiere platicar sobre su experiencia? Sin groserías, por favor.

— A mí me va de puta madre.— contestó Auron chocante.

— Vale, eres tonto.— le miró mal, pero todos los demás soltaron una risita burlona hacia el líder del grupo.

— Bueno, a mí también me va de puta madre.— dijo Lolito uniéndose a la coña, aunque no le iba nada mal tampoco.

— Joder, ¿Cómo está tu madre, Lolito?.— interrogó Auron.

— De puta madre.— ambos rieron.

— Qué va, con vosotros jamás voy a lograr tener una conversación seria, macho, que asco me dais.— dijo Vegetta nuevamente.

— Bueno, pero que ya diles, tonto, y nos vamos, que quiero dormir, coño.— se quejó Rubius cruzando de brazos también, y haciendo un pequeño puchero.

— No ¡Digas groserías, tontito!.— a este paso le iba a terminar dando un infarto en cuando Auron y Alexby decidieran pelearse a groserías. Rubius bufó.

— Venga, que les estás preguntando a todos como les va, y nadie os pregunta a vosotros, entonces tomo la palabra, y pregunto ¿Cómo os está yendo con esto del Omegaverse?. — interrogó Luzu como buena persona que era hacia Rubius y Vegetta.

— Bien.— contestó Rubius.

— De puta madre.— dijo Auron y Lolito comenzó a reír otra vez.

— Cállate, hijo de perra madre, que me voy a terminar meando aquí, gilipollas.— dijo Lolito entre cortas carcajadas, a lo que Auron respondió con una sonrisa.

— BUENO — se le estaba acabando la paciencia a Vegetta.—, Luzu, que bueno que preguntes, porque queríamos hablaros de algo especial, y es que-

— Vamos a tener un bebé, y nos vamos a casar ¿Ya nos podemos ir?.— dijo Rubius interrumpiendo, y siendo bastante insensible al decirlo.

La mitad del grupo rió, pero Vegetta nada más vio mal a Rubius porque le interrumpió en su gran momento.

— No puedes ser más tonto, tío.

— ¿¡CÓMO?! ¿¡Ya confirmáis?!.— grito Mangel sin estar demasiado a gusto con la noticia, pero reír para no llorar.

Willy rodó los ojos, y miró hacia otro lado. Eso dolió.

— Sí, vamos a tener un hijo gracias a esto del Omegaverse. — añadió Vegetta aún un poco abatido por no haber podido dar la noticia él, sin embargo prosiguió— Por ende somos pareja oficial, ya podéis comportaros como críos.

Lolito sacó la lengua con asco, jamás le gustó el Rubegetta, o como sea que se hicieran llamar juntos.

— ¡Enhorabuena!— dijo Alexby algo nervioso por lo que se le iba a escapar de los labios— ... Estamos iguales entonces!.

Fargan lo miró con los ojos bien abiertos ¿Había escuchado bien?.

— ¿Y tú de qué hablas? — presentía que no sería nada bueno. Y cuando todos se quedaron en silencio Alexby soltó la sopa.

— Fargan... Vamos a ser padres también.

Fué un evidente impacto para todos los presentes.