My Littler Chaos

39.

Todos corrían desesperadamente, huyendo para salvar sus vidas.

— JUMANGIIIIIIIIIIIIIIII — gritó Mangel — AAAAAAAAAAAA

— USAR VUESTRAS FORMAS ANIMALES LOS QUE SON PEQUEÑOS, FARGAN OS LLEVARÁ — ordenó Vegetta, quién llevaba la delantera.

— ¿¡CÓMO QUE FARGAN OS LLEVARÁ?! — gritó el nombrado preocupado.

Auron usó su forma de pantera y se le brincó encima a Fargan, y ambos rodaron colina abajo.

— ¡¡GATITO MALOOOOO!! — exclamó Fargan cuando se pudo levantar por fin.

— ¡¡LOS PEQUEÑOS, LOS ANIMALES PEQUEÑOS, TONTITOOOOO!! — gritó deseperado el líder del grupo, a lo que Auron acató y usando su forma humana siguió corriendo.

Alexby, Lolito, y Mangel hicieron caso y cuando llegaron con el híbrido de búho, este los tomó para luego emplear vuelo lejos del suelo.

— AYUDAAAAA NOS PERSIGUE LA NIEVE!! — gritó Rubius siendo uno de los últimos. — ¡¡Vamos a MORIR!! -

— ¡DOBLAS! — Vegetta se giró y al verlo tan lejos, sin pensarlo dos veces comenzó a correr en su dirección, le cargó en brazos y retomó su camino hacia un lugar seguro.

— ¡¡MI HÉROE!! — gritó el híbrido sosteniéndose fuerte de su Alfa.

— ¡CALLAAAAAAA!

— AURONCITO PERDÓNAME POR TODO LO QUE TE HE HECHO, TE AMO MUCHO NO QUIERO MORIR SIN QUE LO SEPAS.— exclamó Luzu estando bastante adelante que su Alfa.

— ¿¡PERO QUÉ DICES, LUZU MI NIÑO?! QUE YO TAMBIÉN TE- — y se lo tragó la nieve.

— NOOOOOOOOOOOOOOOOOOO, AURONCITO ¿¡ME QUÉ, ME QUÉ?! ¡¡AURONCITOOOOO!!

Willy sonrió al escuchar eso último, tomó a Luzu del brazo y le tiró hacia una cueva que logró ver en el último segundo.

— ¡¡Entrad, entrad!! — dijo para Vegetta y Rubius, cosa que el de cabellos negros escuchó, en eso entró corriendo, cubriendo a Rubius para que a este no le pasase nada malo. La entrada había sido tapada por una enorme masa de nieve, dejándoles totalmente a oscuras.

— Creo que aquí estaremos a salvo...— musitó el albino entre pequeños jadeos de cansancio.

— ¿Crees que estaremos a salvo en un lugar sin luz? ¡Has enloquecido, o te ha entrado nieve al cerebro! — exclamó Luzu, soltando varios suspiros con un tando de rapidez demostrando jadeos al igual que Willy.

— ¿Prefieres morir bajo toda esa nieve o quedarte aquí?

— Creo que morir bajo nieve es mejor que vivir sin mi Auroncito.

— Niños, niños, calmaos... Creo que estaremos bien, gracias, Guillermo.— comentó Vegetta, luego de haber dejado a Rubius en el piso.

— Que frío hace.— dijo Rubius en voz bajita.

— Es porque estamos encerrados con Willy, de otra forma no haría tanto frío.— agregó Luzu en respuesta.

— Como digas otra palabra, te vas al puto infierno a platicar un rato con Auron.— respondió Willy en su defensa.— Nos sacaran de aquí.

— ¿Auron tiene poderes de fuego? — interrogó Vegetta a Luzu.

— No lo sé, tampoco sé dónde estás.

— Yo sé dónde está Willy, es blanco florecente. — comentó Rubius sólo para molestar.

— Si no fueses tan negro, yo sabría dónde estás tú para ahorcarte, pedazo de inservible.— volvió a hablar Guillermo.

— ¡¡EEEEEEH!! ¡¡EEEEH!! ¡No te metas con mi color de piel, rata blanca asquerosaa!

— ¡Basta! ¡Parad de pelear, tontitos!

— Estuvo buena lo de blanco florecente, Rabis.— musitó Luzu riendo un poco.

— ¿Verdad? — contestó el híbrido.

— Basta ya, o de verdad os mato aquí mismo.  — gritó Willy usando su voz de Alfa encontra de ellos, no tenía paciencia para esta clase de mierdas.

Ambos Omegas se sintieron repentinamente muy mal, tanto que se pusieron a temblar y a llorar en silencio. Mientras que por su parte, Vegetta usando su olfato logró acertar el lugar en el que se ubicaba Willy, en defensa de su Omega, le dió un gran puñetazo limpio en toda la cara.

— No sé quién te crees, pero cómo vuelvas a usar ese tono con Rubius, estarás muerto.— no era necesario que usara la voz en contra para dejar claro que su posición era un rango superior al de Guillermo, o que tendría que respetarlo, le guste o no.

— ¿Y quién te crees tú para golpearme, Vegetta? — Volvió a hacerlo, y cuando el Alfa contrario estuvo por darle otro puñetazo, este le tomó la mano en reflejo, más no era suficiente para detenerle, porque usando la otra pudo clavarle otro golpe en el rostro.

— Quien te pondrá en tu lugar si no haces caso y respetas de una jodida vez.— sentenció.

Willy tuvo que quedarse con esa, más su odio crecía.