My Littler Chaos

36.

—... Tío ¿Tú no acabas de parir? — preguntó Mangel en cuanto Rubius se reunió con ellos.

— ¿Y qué? La misión no es tan peligrosa después de todo, Mangel, que voy yo, y tengo siete meses de embarazo.— contestó Alexby a lo que Mangel soltó un pequeño sonido en comprensión.

— Además, sé que vosotros me extrañarían mucho si no asistía.

— En tus putos sueños — murmuró Auron cruzado de brazos. Willy notó que era algo que le molestaba a Auron, y sonrió de medio lado.

— Eres bienvenido a la misión de invierno, Rubius. — dijo Willy usando un tono grave, y mirando hacia el portal.

— Muchas graci- — fue interrumpido por el albino.

— Espero mueras en ella, así aprendes la lección. — cruzó el portal él primero.

— ¡¡Guillermo!! — regañó Vegetta, quien fue el segundo en cruzar el portal. Los demás estaban extrañados, pues eso verdadermente no tenía demasiado contexto, aunque podían estar más que seguros de que Willy sentía algún tipo de rencor hacia Rubius y Auron.

— ¿Y este tío es subnormal o qué? — interrogó Alex en voz baja, a lo que Fargan le miró.

— Se habrá despertado con el pie izquierdo... No debe de estar de buen humor hoy.

— Vale.

El resto de los guerreros al cruzar el portal, pudieron presenciar, además de el paisaje blaco, con tanta nieve, el frío que hacía, como Willy era regañado por Vegetta, y como Vegetta era ignorado por Willy.

— ¡Eh! ¡Guarros! ¿¡Qué cojones debemos hacer!? — fue Auron quien habló ahora, pero no llamó la atención de ninguno de los dos al mando.

Entonces Mangel pensó en algo, tomó una bola de nieve y se le lanzó al albino, creyendo que le caería a Vegetta. Se ganó la mirada de Willy, con el ceño fruncido, y listo para ir a por Mangel.

— ¡¿Qué coño queréis, pedazo de imbéciles?!

— ¡Necesitamos que nos digan a donde cojones vamos, mente de gusano! ¿¡Podéis dejar de parecer unos jodidos transtornados!? ¡Estoy hasta la polla, tío, no estáis ayudando en nada!

— No, Mangel, dime que no dijiste eso — balbuceo Fargan mirando a Willy, porque sabía que era muy capaz de ahogar al de lentes en la nieve ahora mismo.

Willy comenzó a acercarse, iba a resolver el inconveniente que tenía contra Mangel en este momento, a lo que Lolito se puso enfrente de su niña.

— ¿Qué coño vas a hacer? — preguntó Lolito y Willy sonrió.

— Aparta, niñato, que esto lo resuelvo con Mangel muy rápido.

— Ni de coña te vas a acercar a MI Mahel.— ya estaba a la defensiva, al igual que Guillermo, pero Vegetta le tomó del brazo a Willy.

— Ha sido suficiente. — no podía permitir que comenzara una pelea al principio de le misión, o en ningún momento.— Willy, si vas a estar todo el rato de pesado, será mejor que te regreses a Karmaland.

Willy negó, aún frunciendo el ceño, pero esta vez mirando hacia otro lado.

— Tengo una pregunta.— dijo Auron — ¿Y los Omegas?

Fue suficiente alarma para todos, pues vaya distracción la que tuvieron a la hora de ponerse a discutir como unos pringaos.

— Ja! Idiotas — dijo Willy.

— Se habrán adelantado, supongo...— musitó Mangel, pues lo que le importaba es que Lolito estuviese a su lado.

— Espera un segundo ¿Qué clase de monstruos hay aquí, tío? — interrogó Auron a Vegetta.

— Son los mismos que los de Karmaland, sólo que... Aquí hay lobos... y Jeties.

— ¡¡Ay, mi Alesssby es un conejo preñado!! — Fargan comenzó a correr, pues no iba a perder el tiempo en buscar a su Omega.

Auron corría tras Fargan.

— ¿¡Quién fue el de la puta idea de que Luzu, Alexby y Rubius vinieran!? — interrogó Auron al cielo, mientras aceleraba el paso.

— No fue una idea... Son guerreros, es lo que tienen que hacer.— dijo Mangel contestando a eso, y Willy le tiró una bola de nieve.

— Hey, cerebrito, no tienes que responder todo lo que puto dicen los demás, nerd.— comenzó a caminar. Lolito tenía el ceño fruncido, pero junto a Mangel y a Vegetta, comenzaron su camino detrás de Auron y Fargan.