My Littler Chaos

43.

Por otra habitación, Rubius aún buscaba la manera en la que pondría a Lucas para dormir.

— A la peña, que duerma en el sofá. — Dijo el Omega cargando al bebé, aunque era un chiste, porque de ninguna forma dejaría a su bebé dormir en el mueble.

— ¿Estás tonto? No, es que sí eres tontito.

— Que es coña, que es coña.

— Las groserías.

— Joder, no me dejas decir nada nunca... Un poquito aguafiestas de tu parte.

—A dormir, Doblas, que mañana es otro día. — corroboró el Alfa sin dar mucho más pie al asunto, y acostandose en la cama.

— Sí, pero... ¿qué vamos a hacer con el bebé?

— Qué duerma con nosotros.

— ¿Crees que le puedo poner en mi inventario? En plan, para que esté seguro y así no le aplastas con lo gordo que estás.

— Eh! ¿A quién llamas gordo? Que yo estoy mamadísimo, respeta. — el otro rió, y Vegetta sólo sonrió. — Ponle en tu inventario, que igual es como el móvil en bolsillo, empieza a sonar, y atiendes.

—... Menuda referencia para un bebé. — hizo una mueca, y después acomodó al bebé en sus brazos. — A ver, Lucas, te portas bien, que no te quiero despierto a las cuatro de las putas mañanitas. Adiós, criaturita del Señor. — y le puso dentro del inventario.

— Buenas noches, VJ. — musitó Vegetta en voz baja. Ambos se acomodaron en la cama, y luego cayeron dormidos.

Por otra parte, Fargan le daba la espalda a Alex, acto mutuo.

— ¿Estarás molesto para siempre?... — interrogó el Omega ya rompiendo el silencio entre ellos, más Fargan se tardó unos varios segundos en responder.

— Puede ser...

Alexby se dió la vuelta como podía, pues su vientre no ayudaba mucho.

— Entonces tienes tanto orgullo como para mínimo pedirme una disculpa... De locos.

— ¿Una disculpa? ¿Yo? — ingenuamente pronunció.

— Pero tío, si eres tú quién me debe una disculpa, o te recuerdo que fuiste quien me rompió todo el culo sin que yo lo pidiera, estamos en este lío de la niña por culpa tuya — obviamente no era así, pero era mejor para Alex adentrar esos pensamientos en la cabeza de Fargan a dejar que se fuese a cualquier lado lejos de él. — Pero... ¿sabes? Yo ya no diré nada al respecto, te perdono. 

Fargan era demasiado tonto como para exigir algo en su defensa, por ello accedió, y agradeció al cielo porque le perdonaron.

— Alesby... — musitó bajito y el otro sólo espero a que siguiera hablando, si es que tenía algo que decir. —... Gracias.

— No hay de qué, Far, no me gusta que estemos peleados. — sonrío "amable" victorioso.

— ¿Puedo abrazarte? Es de disculpas.

— Claro que sí. — acto seguiente Fargan se movió un poco más y lo envolvió en sus brazos, con culpa, no quería hacerle daño, más de lo que antes había podido hacerle. Pronto ambos cayeron en brazos de morfeo, pues el día había sido largo y descansar en paz era lo que más deseaban.

Cabe destacar que el episodio en la sala, cuando se mencionaba a Frank, y Alex hacia esos gestos enamorados, de la mente de Fargan se había olvidado de ello ya, como si no hubiese pasado, pero pronto regresaría a su cabeza.