28.

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Cuatro meses transcurrieron luego de ello, y sí, la vida de cada uno estaba tomando una forma diferente.

Fargan, luego de enterarse de que tendría una niña, comenzaba a enamorarse cada vez más de la idea de ser padre, y claro, no podía ocultar el hecho de que sentía cierta atracción hacia Alex.

Lolito y Mangel estaban planeando una boda, ya que ellos sí que quería una estable vida antes de un hijo.

Willy había decidido hacer la hermandad oscura más fuerte, por lo que siempre estaba fuera buscando personas a quién reclutar. Era cierto que aún no superaba el hecho de no tener un Omega, y que el suyo fue arrebatado por un bueno para nada. Todo ese resentimiento se acumulaba en su ser, y la venganza inminente sería mucho más devastadora que algún otra.

— Vegetta. — habló Rubius, quién estaba junto al susodicho compartiendo un helado en el sofá de su casa.

— Dime.

— Ahora que sabemos el género del niño... ¿Cómo te gustaría ponerle?— preguntó ladeando una pequeña sonrisa juguetona.

Recién acababan de regresar de una cita con el doctor para ver a su bebé, y fue cuando se enteraron de que este sería un varón, cosa que puso contentos a los padres.

— Creo que debería llamarse Samuel. —  también ofrecería el nombre de su padre, pero ya Rubius le había dicho antes que prefería uno más moderno.

— No, para eso le ponemos Rubén, que seguro se parece a mí. Rubén chiquito.

— ¿Qué dices? Le van a hacer Bullying así, mejor Samuel Junior.

— Es igual de patético, macho. — rió.

— Vale, entonces... Lucas — sugirió el pelinegro sin seriedad.

— ¿Lucas?— los ojos del Omega parecieron chispear de brillo con escuchar aquél nombre— Es muy bonito ese nombre!.

— Como el pato Lucas. — soltó un par de carcajadas.

— Como nuestro pequeño Lucas, que así se va a llamar. Punto final.

— Okay, no está mal Lucas, suena a que se va a parecer a mí.— obviamente eso esperaba, aunque si se llegaba a parecer a Rubius lo iba a querer igual.

Rubius agachó la mirada un momento, esto le recordaba a cierta persona, alguien a quien extrañaba mucho, y causa también de gran parte de sus inseguridades como padre.

— ¿Te imaginas que con Brayan hubiéramos sido así de cariñosos?— dijo bajito.

— Brayan tuvo todo lo que podíamos darle. No te sientas mal por él, fué un gran chico.— aunque a Vegetta no le dolía demasiado que ya no estuviera, al fin y al cabo no se permitió encariñarse con el niño, pues eso de perder a un ser querido a manos de cualquier monstruo ya le había pasado antes, simplemente era algo que podía esperar que pasara con cualquiera, sin embargo no podía evitar sentirse culpable.

— Sí... Sí lo fué.— se recostó del hombro de su pareja para descansar las ideas y los recuerdos que no lo dejaban en paz desde que comenzó a pensar en su primer hijo con Vegetta. Sabía que pudo haber sido mejor padre, también con los hijos que había tenido con Nieves, así que esta vez se propondría a ser el mejor de todos, sin importar lo que tuviera qué hacer, no dejaría que sus hijos murieran por su culpa de nuevo.





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