30.

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En casa de Auron, el susodicho se encontraba como siempre trabajando en su huerto, gustaba de hacerlo para entretener un poco su mente, sentía que le hacía bien, y le gustaba, además servía de método de distracción para sí mismo.

Luzu observaba des lejos, no era de su agrado quedarse demasiado tiempo a solas con Mónica, y prefería ver qué hacía Auron sin entrometerse demasiado. Hasta que sintió una mirada sobre él, no provenía de dentro, el olor era conocido, y le intimidaba que estuviese allí, Willy.

Auron también lo percibió, más le restó importancia, ya que aún no cruzaba la línea invisible que había marcado como su territorio. Algo quería, y seguramente se trataba de Luzu, pero sobre su cadáver conseguiría de regreso a su Omega.

Por su parte, el albino se mantenía escondido entre los árboles, el hacer entender que su presencia estaba allí no había sido un accidente, le servía como mensaje para comunicar que les haría compañía en esta linda tarde bonhomia , estaban fuera de peligro por ahora.
¿Por qué Willy estaba allí? Sencillo, su tiempo a solas consigo mismo no le había sentado demasiado bien, se había dado cuenta de lo perturbadora que era la soledad, el retumbar de cada palabra en su casa, sin sonido en su cabeza se repetían muchas cosas, y verdaderamente comenzaba a creer que se volvería loco, así que tomó la libre desición de acercarse a Auron y hacer las pases de una vez, pero su cobardía pudo más, y se limitó.

— No deberías estar aquí.— la gruesa voz perteneciente de el Alfa contrario le hizo salir de sus insistentes pensamientos.

— Auron...— musitó grave, y luego le miró.— Es gracioso que lo digas, sabes? Yo opino lo mismo, eso quiere decir que tenemos algo en común, no?.— chisteó tratando de romper el silencio, y comenzar una conversación.

— Ve al grano; ¿Qué cojones quieres hacer aquí?— levantó la cabeza tratando de buscar con la mirada de dónde venía la voz de Willy.

— Hombre, un poquito de amabilidad para una bienvenida o un saludo nos vendría bien, no? Algunas palabras bonitas que quieras decir, no sé.— sonrió de medio lado notando ya que era buscado por el de cabellos castaños.

— Habla ya, no tengo paciencia para tus jueguitos absurdos.

— No estoy jugando, Auron. Y sí, bueno, yo venía a hacerte una propuesta.— se acercó un poco, siendo precavido por las torretas que aseguraba estuvieran encendidas, aunque no era así.

— ¿Una propuesta de qué? — interrogó secó, sin demasiada expresión, pero al notar que el albino se acercaba se levantó del suelo, y comenzó a ubicar mejor los provinentes pasos del Alfa ajeno.

— Una tregua, que se apasigüen ya las aguas entre nosotros, no? Qué seguro estarás pensando: "qué pesado que es este tío, que viene a molestarme la vida otra vez"— recalcó las comillas fónicamente imitando la voz de Auron — Pues no, fíjate que uniendo fuerzas nos haríamos inmunes a cualquier cosa, Auron, además podemos compartir Ome-

— ¡¿Me estás diciendo que me quieres de aliado, o me estás proponiendo cuarteto?!— soltó una carcajada un poco fuerte, sólo se burlaba del albino, cosa que el mismo no se tomó bien, y lo reflejó retrocediendo un poco, y frunciendo el ceño.— No Willy, tío, eso jamás va a pasar, cabrón, que ya tengo una Alfa apestosa dentro de casa, no quiero otro.— su tono de voz no era más que chocante para el hombre de ojos rasgados.

— Muy bien... Auron. — que tenga encuenta que la guerra seguiría y se haría más fuerte en contra del grosero de Álvarez, su perdición no tardaría demasiado tiempo en llegar con esta actitud tan asquerosa.

Luzu no levantó la mirada hasta que Guillermo se alejó dejándolos solos nuevamente, no le correspondía decir nada, sin embargo le gustó la decisión contundente de su Alfa, y sabía bien que debían prepararse para lo peor teniendo a Willy cómo enemigo ahora.

My Littler Chaos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora