My Littler Chaos

46.

Aquello acabo, mientras que se avecinaba un feliz año nuevo, dejando en el pasado las angustias, tristezas, y mala fortuna.

Rubius y Vegetta enseñaban a su pequeño hijo a jugar con el oso de felpa que Nieves a escondidas de Akira le había regalado, pues ella se había enterado del niño y le pareció que Rubius merecía ser feliz con alguien que le amase, si no era ella, pues eso estaba bien.

Luzu aún mantenía aquél embarazo en secreto de su Alfa, pues tenía la muy buena idea de comentárselo en una cena que estaba preparando junto a Lanita y Adam, estaba muy emocionado al respecto.

Mangel y Lolito estaban en la misma situación de buscar a un niño, aunque se les estaba complicando demasiado siendo honestos, pero no se rendirían hasta las buenas noticias.

De Willy era medio difícil discernir en qué andaba, se estaba alejando mucho del grupo, daba miedo cada que aparecía.

Alexby y Fargan estaban peleados nuevamente, Alex no le había hablado a Fargan desde entonces, de hecho, con nadie, mientras que el híbrido de búho comenzaba a sentirse un poco arrepentido de aquel ataque de ira, por tanto hoy se encontraba en casa de Auron pidiendo algún consejo que pudiese servirle.

29 de enero, Raúl se hallaba arreglando su huerto, como cada vez que le visitaban.

— ¡Auron, tío! — gritó Fargan sosteniendo una gran sonrisa en su gesto. — ¡Mira, mira lo que he conseguido!

— ¿Qué cosa? — interrogó el de mechón flamante sin prestarle atención al otro, le sentía como un niño pequeño que le había tocado cuidar hoy.

— ¡Tu empatía por la vida, cabron!

Y fue cuando volteó a mirarle.

— Que pringao. — rió bajito y negó, regresando a sus asuntos, mientras escuchaba la risa del otro hombre. — Que pesado, de verdad. — no podía negar que eso había sido una buena tontería, y que era inevitable sonreír mínimo cuando escuchan la risa de Fargan. — ¿Qué haces aquí, tío? ¿No deberías estar trabajando?

— Vine a pedirte un favor. — se acercó, ya más calmado, agachandose a su lado una vez que estuvo con él. — Me gustaría pedirte una cita psicológica para Alesby, creo que está perdiendo la cabeza.

Auron le miró con una ceja arqueada.

— ¿Más? Yo no soy psicólogo, soy doctor.

— ¿No qué eras ambos? Que estafa.

—... Si... Eso, bueno, era, hasta que se dieron cuenta de mi certificado falso, y me dijeron que no podía ser psicólogo sólo por recomendar antidepresivos o melatonina quien nada más quería hablar de sus problemas.

Nuevamente fue inevitable escuchar a Fargan descojonarse por lo dicho.

— Bueno, bueno, pedazo de payaso, que igual ya me has dado una solución facilita a mis problemas.

— ¿Antidepresivos?

— Mucha melatonina de fresa.

— Diría que eso es ilegal, pero dos cosas... Me quitaron mi certificado de Juez porque supuestamente no estudié para eso, y dos, me importa más no morirme por exceso de belleza. — dijo usando su tono de voz más aburrido, realmente no le importaba.

Fargan asintió, no le daría melatonina a Alexby toda la vida, así que nada más estaba bromeando, pero se limitaría a pedir consejos de como mejorar su actitud, y tendría que tomar aquello por su cuenta propia, lo que implica que haber ido hasta la casa de Auron había sido una total perdida de tiempo.

— Oye... ¿Alguna vez te has peleado con Luzu?

— Menudos recuerdos de Vietnam me acaban de llegar, tío... Consejo del día, no traiciones a don sopa de veneno... — rió bajito.

— ¿Y qué hiciste para repararlo?

— Ser guapo, lo de todos los días, eso destruye todo tipo de separación, supongo que fue eso... — dijo para luego recordar cuando llegó a casa de Luzu de rodillas pidiéndole perdón, y que, por favor, no matase a nadie por aquella tontería, teniendo que insistirle dos semanas enteras.

—... — "Después dicen que el gilipollas soy yo" pensó Fargan, y sonrió. — Me parece, entonces le llevaré flores, y chuches... Gomitas...