42.

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Todos se habían ido a sus habitaciones, ya para eso de las 10:36pm, cuando notaron que varios se encontraban cansados por el evento y sólo querían dormir una larga noche.

— Auron... ¿Cómo dormiremos? — interrogó Luzu, pero; ¿a qué venía aquello? Se suponía que ellos aún no dormían juntos como pareja oficial, y que habían acordado hacerlo para cuando ya se sintiesen más cómodos estando el uno con el otro.

Auron le miró, acto seguido hizo un ademán.

— Puedo dormir en el sofá de acá. — pues la habitación contaba con un juego de muebles bastante bonito y cómodo. — No te preocupes, duerme en la cama.

Luzu hizo una mueca, miró los muebles y luego a Auron.

— ¿Estás seguro de que quieres dormir allí? No lo sé... Puedes dormir tú en la cama, y yo allá. — comentario que hizo reír a Auron.

— Eres imbécil aveces, tío. La cama es cómoda, estarás arropado y entre nubes que por almohadas tienes, no deberías preocuparte tanto por eso, que igual te lo estoy proponiendo. En breves palabras, Luzu, aprovecha el bug. — Luzu sonrió y luego asintió.

— Pero... — se quedó corto, no quería soltar su idea de propuesta acerca de que Auron durmiese con él por primera vez.

— ¿Qué? No me digas que estás usando la reacción, porque es que aún soy nuevo en esas cosas, macho. — Luzu negó mientras reía, Auron sólo esbozó una sonrisa.

— No, no, para nada... Olvidalo, no es nada importante.

— Pues vale. — dijo Raúl, y se fue a acomodar sus cosas para dormir en el sofá.

— ¿Estás idiota, verdad? ¡Auron, mírame, hijo de dos llamas con sarna! — insistele, cabrón.

— ¿Qué pasa, tío? ¿Por qué eres tan puto bipolar? No lo entiendo. — ambos se miraron unos segundos, y Luzu se decidió a hablar finalmente.

— ¿No te apetece subirte a dormir conmigo hoy? — sonrío amable.

—... ¿Era eso lo que querías decirme? Que gilipolles. — siguió acomodando sus cosas.

Luzu bufó y se recostó sobre la cama, haciendo un pequeño berrinche por la tontería de respuesta que Auron le había dicho. El Alfa le miró y sonrió, pues sí, lo suyo sí que era una gilipolles, sólo estaba jugando, así que desprevenidamente se subió a la cama de un brinco.

— Que es broma, Luzu. Inaguremos esta cama para dormir juntos.

No sería especial si la persona a su lado no fuera su capricho encarnado, Luzu estaba algo ansioso ahora mismo, pero pasó de ese sentimiento al ver lo calmado que resultaba estar el Moreno.

Ambos estuvieron charlando un rato, se alistaron para dormir y tomaron lugares en la cama matrimonial. Apagaron las luces, no alcanzaban a escuchar nada que no fueran sus propios movimientos bajo las sábanas, comenzaba a ser inquietante la incomodidad de sentirse tan cerca en aquella intimidad.

Raúl suspiró, hundiéndose poco a poco más en el detalle que le daba su olfato de la presencia del Omega, podía reconocer sus ansias, parecía sentirlo ahora más que nunca.
Pasó su mano por medio de ambos, Luzu permanecía estático. Entonces rozó la mejilla del Omega, encontrando su rostro, ya podía montarse mentalmente una mejor escena de sus posiciones.

— ¿Qué haces, Auroncito? — murmuró Luzu junto a una risa nerviosa, la mano de su compañero comenzaba a acariciar su cabello delineando su rostro, era enternecedor y podía disfrutarlo, pues sus roces lucían delicados al tacto, la primera caricia privada que compartían.

My Littler Chaos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora