37.

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— ¿Creéis que ya nos perdimos? — interrogó Luzu a sus compañeros a los lados. Estaban en un bosque, pues ellos se habían ido a cumplir la misión, porque era patético quedarse a escuchar los insultos que seguramente los Alfas se dedicarían a gritar.

— Estoy seguro de que estamos perdidos... — contestó Alex.

— Joder... No debimos irnos así, tío. — musitó Rubius, porque a él le preocupaba mucho perderse entre la nieve y que nadie le encontrase nunca — Que miedo... Deberíamos regresar.

—  De seguro ni se han dado cuenta de que nos hemos ido, seguro ya se agarraron a piñas.— comentó Luzu y después les miró tratando de forzar una sonrisa.— No se preocupen, creo que no había guía para esta misión.

— Que no, pero igual estamos perdidos, Luzu.— contestó Alexby, cambió de dirección su mirada volteando a ver si alguien venía tras ellos, pues quería creer que aunque sea Fargan le importaba su seguridad. Más no fue al híbrido de búho a quien vió a la lejanía, pues la silueta era distinta, y fijándose un poco mejor, pudo lograr a distinguir la presencia de un lobo, pronto alcanzó a ver más como ese. — Ostia puta... Chicos... Creo que tenemos compañía.

Rubius al igual que Luzu se voltearon a ver, y efectivamente. Los tres ahora estaban quietos, para no llamar demasiado la atención.

— ¿Qué hacemos? — interrogó el híbrido oso, y Alexby miró a Luzu.

— Que los lobos tienen bronca con los osos... A la peña Rubius, dejémoslo y vámonos, macho.

— ¡Eh! ¡No me vais a dejar, hijos de puta! ¡Me los cargo antes de que os vayáis, rataaaas! — contestó a la defensiva el rubio.

— Que no te vamos a dejar, a Alexby ya se le congeló la cabeza y no está pensando adecuadamente.— dijo Luzu para intentar calmar las aguas.

— Estoy pensando bien, tío, les voy a dejar a los dos ahora, subnormales.

— Te tiramos a los lobos primero, Bobo. — contestó Rubén una vez más.

— Calmaos, calmaos, que a ninguno les dejamos atrás— y los lobos venían acercándose, porque bien sabían que eran presa, y en manada, tres no eran nada.

— Les rajo el cuello, eh? Os reviento si me tocais un pelo, que aquí tengo una bebita, os mato, eh? — amenazó Alexby desenfundando su espada.

— ¿Ahora vas a matar animales? — interrogó Rubius meramente indignado por esa acción.

— ¿Qué prefieres? ¿Qué te coman? ¡Qué yo sí quiero conocer a mi hija, cabrón! Los voy a reventar.

— ¿Bobo o qué? No puedes, que estás en cinta, y no puedes pelear así.

— ¡Entonces empuñad vuestras putas espadas y no me estéis tocando los cojones, vamos! — posicionó su cuerpo apunto de ataque.

— ¡No vamos a pelear, y has llamado su atención, hijo de puta! — se paró bien, indispuesto a hacer algo.

— ¿Vais a pelear por una tontería? ¿De verdad? — interrogó Luzu, desenvainando su espada y al igual que Alexby se posicionó para atacar, pues él sí ayudaría.

— ¡Luzu! ¿Te vas a poner de su lado?

— No te comportes como un niñato de mierda, Rubius, por los dioses de Karmaland, macho, reacciona, es pelear o morir.— regañó Alex.

— ¡O escapar! ¡También podemos llamar a los Alfas para que lo hagan por nosotros!

— ¡No, que no siempre vamos a estar dependiendo de ellos, tío, reacciona, ya macho!

— Vale, la cosa es así, vamos a ir para atrás despacio, vale? — dijo Luzu ignorando la pelea entre ellos dos.

— Vale.

— No.

— ¿Puedes colaborar un poco? — interrogó Luzu mirando a Rubius, y este sólo se cruzó de brazos.

— Te dije que debíamos lanzarlo a los lobos.— musitó Alex, y Rubius muy indignado le miró mal, tomó la espada de su inventario, y en un roce muy fino tenía apuntado a Alexby por la espalda.

— Retractate, retractate o aquí mismo te hago una cesaría.

Luzu apuntó a Rubius.

— Baja la espada, Rabis, que no estamos para ander de mala leche con los compañeros.

Rubius estuvo por hacer otra cosa cuando Alexby simplemente caminó un poco hacia adelante, y después se giró para mirar a Rubén.

— Corre, que te reviento!

— A nadie vais a reventar, Alex ¿Qué leches hacíais? Llevamos un buen rato buscando pistas vuestras y nada.— dijo Vegetta teniendo detrás a el resto de los guerreros.— No os separeis del grupo si no doy la orden, tontitos.

— ¡¡¡¡ALESSSSSBYYYYYYYY!!!! — gritó Fargan para después ir corriendo hacia dónde estaba su Omega, y darle un buen abrazo, siendo correspondido con mucho cariño. — Ay, mi Alessby, ay!!

— ¡Vegetta! — gritó Rubius emocionado e imitando la acción de Fargan, llegó corriendo con su Alfa.— ¡Casi me muero, tío! ¡Ay, dioses, gracias al cielo habéis llegado!

— ¿Por qué os habéis ido tan lejos, Doblas? — interrogó el de cabellos negros, recibiendole con un abrazo.

— Han sido esos locos los que me han arrastrado hasta acá.

— Bueno ya sabemos de qué sois capaces de hacer bajo poca temperatura, y ustedes tres, apunto de matarse.— comentó Auron.

— No es eso lo que somos capaces de hacer por buscar un poco de calor corporal ajeno, Auron, nos ponemos cachon- — Alex estuvo por terminar su oración más fue interrumpido por Luzu.

— Nos ponemos de cachondeo! Eso, sí, eso... Es para generar risa, y obtener calor corporal PROPIO.

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Dato; Cada guerrero posee un inventario, donde guardan sus objetos, e inclusive pueden caber bebés, y para no liarles tanto, VJ se haya en el inventario de Rubius por los momentos.

My Littler Chaos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora