Capítulo 26

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     Jamie acaba de llegar al Dojo y todo se encontraba en silencio y perfectamente oscuro, de pronto sintió un grito desesperado que parecía provenir de la planta alta. Tiró su mochila en la entrada y se puso a correr entre las colchonetas del local y rápidamente llegó al segundo nivel.


     Apenas hubo llegado a las últimas gradas de la escalera pudo percibir que alguien se agazapó a un lado de un macetón de la entrada, y se puso en alerta, pues supuso que era el causante del grito de Kathy. Lo único que deseo fue que ninguna de sus conjeturas fueran ciertas, pues desde ya se encontraba sumamente preocupado. Mil hipótesis de quien pudiera ser dueño de esa sombra llegaban de modo infame a su cabeza, y en instantes imágenes desmesuradas de los dialectos secretos del miedo hacían su presencia cual sugestión musical.


     Kathy por un momento creyó revivir su vida con Pedro, y al sentir pasos subir con violencia se tiró tras el macetón como si es que alguien muy fuerte la hubiera hecho perder el equilibrio, cayendo de rodillas al suelo. De un momento creyó oír los gritos e insultos que no cesaban escupiendo saliva mezclada con alcohol que llegaba hasta sus mejillas, pestañas, nariz, ojos. E instintivamente se hizo un ovillo para no sentir el próximo ataque suyo tratando de ahorcarla presionando sus cuello totalmente fuera de sí... 


     Los miedos se le acumularon como un coctel denso que difícilmente dejaban que respirara e incapaz de poder pronunciar palabra alguna sólo se cubrió la cabeza en señal de protección y se hizo un ovillo muy compacto, tanto como pudo hacerlo.


     Pronto a sus recuerdos llegaron imágenes de sus dientes cortándole los carrillos internos al hacer presión con sus dientes a las estruendosas cachetadas que solía darle Pedro, o con el dolor que sentía en el momento del impacto de la cachetada, y luego los golpes que le sucedían unos tras otros de fuertes puñetazos que se estrellaban y aterrizaban en su espalda y vientre, hasta hacerla expulsar todo el aire contenido de sus pulmones... Y sólo empezó a titiritar de miedo. Buscando cerrar los ojos con el fin de intentar abrazar esos instantes increíbles de paz que sólo pudo encontrar en los brazos de Jamie, y sólo deseando fervientemente que él viniera a su rescate, con las lágrimas inundándole el rostro.


     —¡Kathy!... ¡Kathy! ¿Dónde estás? —Decía Jamie agitado encendiendo la luz de la entrada e iluminando todo, con asombro pues suponía un lugar desordenado o con objetos tirados... pero se sorprendió al ver todo totalmente tranquilo y sin ningún indicio que le permita establecer algún tipo de pelea o persecución en defensa de alguna agresión...


     —Cuéntame que es lo que te ha sucedido, mi vida.  —Comentó Jamie sin dejar de abrazarla reconfortándola, ni bien la encontró con la mirada.


     Kathy aún con los ojos cerrados trató de calmarse oyendo los latidos del pecho de Jamie, luego se giró para observarlo elevando su rostro y lo primero que pudo observar es a un Jamie en camiseta negra. Y se asombra al ver directamente a los ojos a Jamie divisando en ellos rabia e impotencia.  Y con una voz algo seca y seria la mira y a la vez contemplando a detalle su rostro le dice; discúlpame que te insista: no me siento cómoda con todo lo que está pasando y me asusté, me pareció ver a alguien y... no sé que es lo que me pasó. No ha sido mi intención asustarte. Dice Kathy en tanto lo primero que llama su atención es el aroma que trae Jamie y que recién nota. Inhala profundamente. Huele a él... a fresco y limpio, es una fragancia discreta y atractiva con fondo cítrico y un pequeño toque de madera. Ese sólo aroma le indica con seguridad que acaba de convertirse en su perfume favorito.

La venganza de KathyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora