Muchas veces Kathy no conseguía respirar bajo el chorro de agua fría que vestía el día en el que su pasado ya no estaba, era como si cada mañana al ducharse caía hacia el fondo del mar arañando las últimas burbujas en el que su pasado la dejaba sin futuro. Ésos minutos de ducha fría eran minutos en los que se le hacía imposible respirar el oxígeno. Era como si el oxígeno se hubiera ido de ése lugar y sólo la armonioso recuerdo del llanto de su niño volvía a sus recuerdos como regalándole una canción alegre. En tanto era imposible respirar el oxígeno, sin la premisa de una ilusión diaria que le regalaba una esperanza desesperada. Por ello al llegar la hora de acostarse se sentía desabrida como un lunes por la tarde colapsado cayendo al fondo de un abismo y en picada y sin siquiera tener el valor para ser cobarde.
Pero la nostalgia por su amiga y hermana Sofía la traía al presente y se permitía ser fuerte otra vez. Además sabía que tenía a dos hombres maravillosos que estaban para ella a todas horas. Además de contar con Gabriel a distancia que no dejaba de llamarla por las tardes cuando terminaba su labores del día.
Trabajar en el Dojo toda la semana le había traído un leve giro en su vida; ya no se le veían más esas profundas y feas ojeras, ni pálida como solía estar inicialmente. Su cutis ahora se notaba más lleno de vida, con un hermoso tono rosa. Kathy se empezaba a sentir mucho más útil y sentía que realmente valoraban no sólo su tiempo sino también su esfuerzo, y siempre estaban recordando que su trabajo era muy eficiente y digno de todo tipo de elogios. Podía percibir que dentro de poco podría nuevamente volver a ahorrar y recobrar la ilusión de continuar sus estudios truncos. Pero en ella había una cosa que no podía dejar de dar vueltas en su cabeza: Vengarse de los malnacidos que mancillaron y mataron a su amiga Sofía.
Kathy sabía que Gabriel había avanzado mucho en esa quincena acerca de las investigaciones de esos muchachos con los que estuvo en los bungalows en donde Sofía encontró el infortunio. Y ella también quería estar presente en eso, pero cada que ella trataba de indagar Gabriel hábilmente le salía con evasivas y le preguntaba acerca de su día y de cómo le iba en su nuevo trabajo. Y cómo es que iban sus avances con el karate que estaba practicando con los nuevos amigos de Gabriel: Jamie y Alejandro.
—Kathy será que ya puedo llamar cuñado a uno de los dos, —comentó con sorna Gabriel, haciendo que las mejillas de Kathy ardieran al pensar que Gabriel ya había notado que ella de alguna manera se sentía atraída por ambos amigos y pues no sabía por quién decidirse. Incluso hasta se le pasó por la cabeza la hipótesis de tenerlos a los dos como pareja.
—¡Kathy! ¡Kathy! ¿Estás allí mujer?, tierra llamando a Marte. —Bromeó Gabriel pensando en la posibilidad que uno de los dos hombres que vivía con Kathy pudiera ser para ella una buena posibilidad de reconstruir su vida.
—¿Quéee? —Masculló Kathy casi tartamudeando.
—¡Multiplica por diez lo que estás pensando!. —Le dijo Gabriel a Kathy, quien arqueó una ceja y soltó una carcajada al ver del otro lado de la video llamada a Gabriel sacándole la lengua.
—Pero ¿qué más quieres, Kathy? —dijo Gabriel—. Te voy a decir una cosa; en cualquier momento una de esas alumnas tan guapas que tienen esos dos, les van a llenar los ojos con esas sensuales curvas y te quedarás como el perro de las dos tortas —chasqueó sus dedos—. ¿entonces? —Habrás perdido la oportunidad de ser feliz con alguno de los dos. Mejores partidos que esos dos idiotas no te he visto atrapar, así es que si no quieres usar cinturón de castidad ponte lista y ya decídete.
—¿Por qué me dices eso, Gabriel? —Dijo Kathy—. Tú mismo los conoces y ellos son unos caballeros.
—¿Caballeros, dices? pero no ciegos y sé que los flechaste a los dos. Yo mismo lo vi con estos ojos que se han de comer los gusanos los días en los que estuve allí. Y has de saber que de ese grupito ¡wow! ¡Cuánta chica no se mostraba loca por ellos dos!. Haber dime ¿Cómo le vas a hacer si cuando te decidas por alguno de ellos, alguna de esas resbalosas intenta meterse con ambos? —Preguntó Gabriel destacando su supuesta pérdida.
—A veces eres imposible. —Fruncía el entrecejo Kathy haciendo pucheros a través de la pantalla del ordenador. Sin sospechar que en ese momento Jamie se le acercaba detrás para saludar a Gabriel al escuchar la risa inconfundible de Gabriel en la video llamada.
—Pero que quieres Kathy —Exclamó Gabriel, después de todo tú ya los habrás observado mientras trabajas y te habrás percatado que esas chicas resbalosas se comen a Jamie y a Alejandro con todo y zapatillas mientras ellos dan sus clases, todas babean por ellos.
—¡No te salgas del tema, Gabriel! —Expresó Kathy, luego asintió —yo te mato.
—Y tú también debes de hacer lo mismo bonita —dijo Gabriel observando a través del ordenador que se acercaba Jamie detrás de Kathy, y posaba sus grandes manos sobre los hombros de Kathy —. ¿Es que acaso vas a dejar que unas tipejas desabridas te ganen a Jamie? ¡Avívate, mujer!
—¡Hola bonita! ¿cómo estás? —dijo Jamie muy gentilmente tocando con suavidad los hombros de Kathy— ¿Me permites saludar a Gabriel?
—¡Jamie! Me sorprendiste —dijo instantáneamente Kathy saliendo de un instante agónico al sentir las fuertes y cálidas manos de Jamie sobre sus hombros, además de sentir su mirada fija y penetrante que la desarmaba. Era como si mil llamaradas de fuego convulsionaran su paz interior. Y trataba que ni el más mínimo detalle delatara su turbación. Mientras a la vez fulminaba con la mirada a Gabriel a través del ordenador, pues era obvio que lo hizo a propósito.
Era obvio que los silencios agónicos se fusionaban en ella como cruel manipulación vigente y profunda en cada uno de sus pensamientos, en tanto Jamie hablaba tranquila y alegremente con Gabriel y bromeaban como los amigos de toda la vida. Y Kathy con los hombros que se le derretían y se fusionaban con las manos de Jamie sobre ella se deshacía en oleadas silenciosas y volaba como mariposa sintiéndose cerca del cielo.
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La venganza de Kathy
RandomNo siempre tras los guapos se encierran las mejores virtudes.Y Kathy, lo descubrirá junto a Sofía al salir de vacaciones para disfrutar las playas del Caribe; sin saber que allí encontrarían lagrimas dolor y muerte. Sumergida en su propio infierno...