Capítulo 15

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     Después de recorrer el  vestíbulo con la mirada, observó que Kathy bajaba las escaleras con un rostro más o menos alegre. Y de un solo vistazo puedo ver que ésa empatía, tranquilidad y seguridad que proyectaba Jamie, tanto en sus gestos como en sus expresiones reproducían una limpieza de espíritu y corazón que generaba calma, pero sobre todo confianza. Como él, no había visto en muchas personas y de repente comprendió el por qué la decisión de Kathy de quedarse al lado de Jamie tanto tiempo.


    En ese momento no quiso reconocer que ése mal viviente y ex de Kathya, del que tanto le habló su hermana era un mal nacido que había tenido mucho más que suerte de encontrarse con ella, pues obtenía buen sexo, un plato de comida siempre lista, ropa limpia, dinero y hasta una casa decente en donde quedarse. Manipulándola a su antojo. Y sin ser un vidente podía adivinar que alguien como Jamie podía hacer mucho por alguien como Kathy que había sufrido mucho en la vida. Y aunque eso le produjo cierto confort, Gabriel debía de admitir que no había mejor sitio para Kathy que junto a este desconocido.


     Pero Gabriel aún debía  averiguar de qué forma habían ocurrido los hechos, por ello antes quiso indagar por sí mismo todo lo que se podría en torno a la muerte de su hermana. Y aunque estaba atento a todo escuchaba una voz grave que a lo lejos no dejaba de perturbarlo de modo curioso. Y aunque escuchaba esa voz a lo lejos, tenía la mirada fija en el piso frente a él. Jamie se encontraba a todo momento sonriendo, de eso estaba seguro, porque era lo único que podía percibir de él en ese momento, haciendo que sus gestos imperativos se sientan tan naturales.


   Todo en el interior de Gabriel estaba en modo encendido, pero en su cabeza estaba paralizado con un sólo pensamiento; la mirada de Kathy en su persona le declaraba que no debía de no ser tan grosero con ese tal Jamie, y eso no dejaba de causarle gracia cómo es que las mujeres tan rápido se encariñaban con cualquiera que les dé una sonrisa o que le proporcione cariño, cuales perros falderos. —Muy típico de la debilidad de las mujeres pensó.


     —¡Carajo!, aún sigues ahí, mujer, no te preocupes que no lo voy a violar ni a desaparecer. No sé qué tanto le ven a este tipo tú y las otras mujeres del grupo. Como si  el hombre fuera un trozo de carne, me pones nervioso, y no es que quiera comérmelo ni nada por el estilo, simplemente quiero conversar con tu protector.


     —¿Conversar? ...¿tú? Ya Gabriel te conozco desde hace tiempo, lo que menos quieres es conversar, te conozco muy bien. ¡Ya! es mejor que me digas ¿a qué has venido hasta aquí?  —Comentaba Kathy chasqueando los dedos, será mejor que me sigas. 


     —Yo lo que quiero es conversar con ése tipo, no contigo. Ya sé de memoria lo que me dirás aún sin que me lo digas, ¿olvidas que soy muy bueno leyendo a las personas con sólo mirarlas? Y sé que te mueres por tirartele encima a ése tal Jamie. Pero te diré que ése no te será tan fácil. No lo he visto que te mire con ojos de deseo. 


     —Eres el tipo más poco romántico que he conocido, y pensar que antes me gustabas, menos mal que Sofía me abrió los ojos y me mostró tu verdadera cara. Por eso es que no tienes a nadie a tu lado. Te hace falta un poco de delicadeza, se nota que no sabes tratar a una dama, agggg ¡Gabriel eres un ... un ...! 


     —¿Un qué?


     —Un arrogante cretino. A veces te odio.

La venganza de KathyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora