Extra: La prueba de valentía de Nino

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Sitio del campamento escolar, en el bosque...

- ¡Itsuki! ¿Itsuki, dónde estás? Diablos, ¿por qué tuviste que salir corriendo de ese modo?

A medida que la segunda hermana Nakano avanzaba por el sendero del bosque, se iba impacientando cada vez más. Para empeorar, la batería de su celular se terminó de agotar y con eso la linterna se le apagó.

- ¿Eh? Oh, rayos, y justo ahora.

Afortunadamente el sendero que debían seguir para la prueba de valentía estaba iluminado con lámparas para evitar perderse. Todo lo que debía hacer era seguirlo y seguramente se reuniría con Itsuki, aunque con lo asustadiza que era, había una mínima posibilidad de que se hubiera desviado y empezara a correr sin rumbo.

- "Espero que no se haya perdido." – pensó con preocupación.

Admitiéndolo, el bosque sí resultaba un poco tenebroso, y más al no tener ya la luz de su celular para iluminarse y darse algo de seguridad. Durante dos o tres minutos más continuó llamando a su hermana hasta llegar a otra de las encrucijadas con señalamiento.

- ¿Y si se desvió y tal vez la dejé atrás? – se preguntó, mirando hacia el camino por donde vino. – Quizás deba volver a buscarla.

Eso sería lo ideal... pero la verdad, aunque no lo admitiera de dientes para afuera (menos delante de Itsuki, para no quedar como otra gatita asustadiza), adentrarse en ese bosque y sin luz, le resultaba un poco aterrador. No tanto por la posibilidad de que hubiera fantasmas (eso no eran más que supersticiones para niños), sino en caso de que alguien quisiera aprovechar de propasarse con ella. Eso sí podría ser un peligro real.

- No, seguro que ella está bien. Quizás sea mejor quedarme y esperarla aquí... ¿pero si le pasó algo?

Alguien de pronto le tocó por encima del hombro.

- No molestes. – dijo ignorándolo. – Quizás sea mejor que vuelva en caso de que se haya perdido.

Volvieron a tocarle el hombro.

- Que no molestes. – volvió a decir sin voltear. – Aunque no sé cómo la voy a buscar sin luz, y podría terminar perdiéndome de nuevo.

Por tercera vez, le tocaron el hombro.

- ¡Te digo que no molestes! ¿No te das cuenta de que...? – La voz se le cortó al instante, y todo el color de la cara se le blanqueó al instante.

- ¡QUIERRRO BEBERRR TU SANGRRRREEEEE!

No supo si fue porque el disfraz era muy convincente, por lo tétrico de la oscuridad, o por lo cerca que estaba, pero el vampiro de dientes afilados que tenía enfrente al instante hizo que se quedara petrificada, sin poder hacer ni un movimiento ni emitir ni un sonido. Se quedó simplemente mirándolo allí, hasta que el cuerpo le volvió a responder.

Y solo había una respuesta natural.

- ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHH!

Gritar como niña y salir corriendo. No le importaba a donde, solo quería alejarse, de esos sustos, del bosque y de todos. Este campamento ya no estaba resultando nada divertido.

- ¡Oye, espera! ¡Tomaste el camino equivocado, vuelve!

Pero Nino no le puso atención. Simplemente corrió lo más rápido que pudieron llevarla sus piernas. La adrenalina la tenía a tope, y no se fijó por donde iba y para cuando se dio cuenta parecía haberse desviado del camino, y escuchaba unos quejidos muy escalofriantes que hacían eco en el bosque.

Forma del Corazón - Trébol de Cuatro HojasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora