¿Será este un adiós?

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Marzo, en un distrito comercial...

El invierno se había ido dando paso a la primavera, y con ella el momento de la verdad seguía acercándose. La rutina de Fuutarou continuó casi igual. Conforme pasaban los días él y Yotsuba estudiaban con más y más ahínco, a sabiendas de que los exámenes finales estaban a la vuelta de la esquina, y en ocasiones, las otras Nakano se les unían para consultar dudas, ya que ellas también estaban presentando sus propios exámenes finales.

Para cuando llegó la semana de los exámenes de fin de año, Fuutarou todavía tenía algo de preocupación. No tanto porque Yotsuba fuese a reprobar, sino por la posibilidad de que no fuera suficiente para poder volver a su antigua escuela. Su promedio en Matemáticas seguía muy bajo en el último examen de práctica que hicieron, y bastaba con fallar una sola para que todo su esfuerzo hubiera sido en vano.

Pero al momento de la verdad, ver a Yotsuba tranquila y confiada le ayudó a relajarse, y pudo concentrarse en sus propios exámenes sin ningún problema. Ya había hecho todo lo que estaba a su alcance, ahora solo le quedaba confiar en ella y dejar el resto en manos del destino.

Estando a la espera de los resultados, que saldrían la próxima semana, Fuutarou no había visitado el apartamento Nakano desde la noche anterior a inicio de los exámenes. Al no tener más que estudiar no tenía razones para ir allá, de modo que había estado ayudando a su familia un poco con las compras, aunque fuese solo por mantener la mente ocupada en algo.

- ¿Oniichan? Ya le diste muchas vueltas, ¿no?

- ¿Eh?

De camino a casa tras comprar algunos comestibles que les faltaban, él y Raiha se habían parado en un pequeño puesto de lotería para probar su suerte. Con el poco dinero que le quedaba, Fuutarou pagó tres boletos y ya había utilizado dos, que le ganaron un par de paletas de dulce que Raiha ahora se estaba comiendo felizmente, pero en el último lance se había quedado distraído pensando, y aún seguía dándole vueltas a la tómbola por inercia.

- Perdón, ahora sí.

Finalmente dejó salir la bolita, que resultó ser de color azul, y la encargada sonó la campana que llevaba.

- ¡Felicidades! ¡El premio son dos pases de día completo para el parque de diversiones Nagaoka Resortland! ¡Que los disfrutes!

Fuutarou aceptó los susodichos pases, mirándolos por un momento antes de dar un seco "gracias" e indicarle a Raiha que se fueran ya a casa. Ya se estaba haciendo tarde y tenían que llegar a tiempo para la cena.

- ¿Estás bien, Oniichan? Estos días has estado muy... no sé, distraído. – preguntó la pequeña.

- ¿Se me nota? – replicó él.

- ¿Estás preocupado por Yotsuba-san? Has estado así desde el día de los exámenes, ¿tiene algo que ver con eso?

- Bueno, no, pero... a decir verdad últimamente sí he estado pensando en Yotsuba. – admitió en voz baja.

- ¡Ah, no me digas que te estás enamorando de ella! ¿Aun mientras estás saliendo con Ichika-san?

- ¡No, no se trata de eso! – replicó él frenéticamente. – Cielos, ¿por qué todo mundo lo asume por default? ¿Cuándo van a entender que Yotsuba y yo solo somos amigos?

Se estaba cansando de repetirlo. ¿Era muy difícil pensar que un chico y una chica que pasaban mucho tiempo juntos, incluyendo el almuerzo y el estudio, podían ser solo buenos amigos? Además, Yotsuba ni siquiera era su tipo.

Aunque pensándolo bien, Ichika tampoco encajaba en ese molde, y eso no le había impedido salir con ella y pasarla bien, pero eso era otro asunto.

Forma del Corazón - Trébol de Cuatro HojasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora