Exámenes parciales

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Preparatoria Asahiyama, salón 2-1...

A dos meses de haber comenzado con sus tutorías, entre estudiar y tener que ayudar a Yotsuba cuando se atrasaba o no entendía, Fuutarou andaba ocupadísimo, apenas con tiempo para respirar. Si no fuese porque le estaban pagando muy bien por ello, tal vez ya lo habría dejado hacía mucho. Pero viendo lo poco inclinada académicamente que era la chica Nakano, no les quedaba más que estudiar y repasar a diario.

A mediados de octubre, el profesor anunció que los exámenes parciales iniciarían en dos semanas. Fuutarou volteó a ver por encima del hombro y notó que Yotsuba garabateaba sonriente en su cuaderno. A veces se preguntaba qué tanto fallaba el índice de atención de la muchacha, y qué podría estar haciendo que era más importante que escuchar lo que decía el profesor.

Cuando sonó la campana del descanso, esperó a que se despejara un poco el salón antes de acercársele. Como siempre, notó que le echaban algunas miradas de recelo por andar con ella, pero para entonces ya se había acostumbrado, y toda la clase ya sabía perfectamente que estaba siendo tutor de ella.

- Y bien, ¿cómo estás para los exámenes? – le preguntó seriamente.

- Jejeje, bueno, si no fuera por tu ayuda ahora estaría mucho peor, supongo. – dijo la chica del lazo rascándose detrás de la cabeza. – Aunque si soy sincera... tengo confianza.

- Bien, no es malo ser optimista. – dijo él. – Ya logré que estés al día con los temas, así que ¿puedo confiar en que podrás valerte por ti sola esta semana?

- ¿Por qué? – preguntó Yotsuba sorprendida. – ¿No vas a ayudarme?

- Esta semana estaré algo ocupado después de clases. – explicó él. – Uno de los empleados en nuestra panadería se enfermó y mamá necesita un reemplazo temporal.

- Oh, ya veo. – asintió la chica al comprender. – En ese caso creo que puedo arreglármelas sola. Y si hace falta supongo que también puedo pedirles ayuda a mis hermanas.

- Mientras no te descuides. – dijo él. – De todos modos, reanudaremos las tutorías la semana antes de los exámenes, y tendremos que aumentar el ritmo para compensar. Así que nada de compromisos con clubes deportivos, ¿está claro?

- ¡Entendido, Uesugi-sensei! – dijo la chica haciendo saludo militar con una gran sonrisa.

Fuutarou suspiró. Ya estaba acostumbrándose a esos hábitos suyos, pero no quería decir que le terminaran de gustar. Después que se corriera la voz sobre el partido de basquetbol, otros equipos deportivos se habían mostrado interesados en Yotsuba y quisieron reclutarla, incluyendo los de voleibol y softbol, que le pidieron jugar con ellos para unos partidos amistosos. donde demostró ser igual de buena, si no mejor, en ambas disciplinas. Eso solo iba a acrecentar los intereses de otros clubes que quisieran tenerla en sus filas, y eso le preocupaba.

A pesar de que la chica había dejado claras sus prioridades, Fuutarou no descartaba que alguno de los clubes pudiese tener pocos escrúpulos, para aprovecharse de su disposición a ayudar a quien se lo pidiera. Una cualidad admirable, si lo admitía para sí mismo, pero fácilmente explotable considerando que Yotsuba no era capaz de negarse a menos que se comprometiera con otra cosa primero. En ese sentido, tuvo suerte de haberle dicho preventivamente que tenía que estudiar, de ese modo no se sentiría tan culpable por rechazarlos.

Al menos por esa parte, podía tener la certeza de que la chica Nakano no se iba a tratar de escaquear sus deberes, incluso cuando él no estuviera vigilándola. Si se comprometía a hacer algo, lo cumpliría a cabalidad. Eso lo había podido ver durante las últimas ocho semanas, y no le había dado razones para pensar que dejaría de hacerlo.

Forma del Corazón - Trébol de Cuatro HojasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora