La fiesta de Navidad

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Día de Nochebuena, edificio Pentagon...

- ¡Wow, es enorme! ¿De verdad aquí es donde viven, Oniichan?

Fuutarou se encontraba a la entrada del edificio de apartamentos, junto con su hermana y su primo, con cada uno cargando los paquetes que contenían los regalos que habían comprado para las quintillizas. Como era la primera vez que los otros dos Uesugi venían al hogar de las Nakano, era obvio que ambos se impresionaran al ver lo lujoso que era con sus propios ojos.

- *Silbido*, vivir aquí debe costar al menos el doble que nuestros vecindarios completos, ¿no, primo? – dijo Kintarou.

- Más o menos. – asintió el peliazul, mientras se acercaba al intercomunicador para marcar. Tardaron unos minutos en responderles.

- ¿Sí, qué se le ofrece? – Era la voz de Nino, lo supo por lo arisco del tono. Probablemente la pilló saliendo de la ducha o algo así.

- Somos nosotros. – replicó Fuutarou. – Sé que dijeron a las cinco de la tarde, pero Raiha y el idiota de mi primo insistieron que viniéramos un poco más temprano.

- ¡Oye, no te atrevas a decirle idiota! – protestó Nino. – Puede que seas un genio para los estudios, pero en ser un caballero él te gana con creces.

- Whoa, ¿qué sucede aquí? – dijo Kintarou, que luego también se acercó a hablar. – ¿Me engañan mis oídos, o estoy oyendo la voz de la princesa Nino?

- Tus oídos no te engañan, claro que soy yo. – replicó la voz del otro lado. A Fuutarou no se le escapó el completo giro de 180° a sonar totalmente dulce y enamorada.

- Disculpa por venir antes, es que ya no podíamos esperar.

- ¡No se preocupen, no es ninguna molestia! Aguarden unos minutos, enseguida les abriremos.

Unos segundos después, la puerta de entrada se les abrió, y los tres se dirigieron hacia el ascensor. Raiha se fue primero dando saltitos alegremente mientras los dos chicos entraban con cuidado de no dejar caer ninguno de sus paquetes. Especialmente los que llevaban los pasteles; Fuutarou sabía que Itsuki probablemente les daría la lata si alguno se le estropeaba por el camino.

Mientras iban subiendo hacia el piso 30, Fuutarou decidió conversar con su primo para aliviar un poco la espera.

- Qué bien parecen llevarse tú y Nino, ¿eh?

- Es muy dulce, si sabes cómo tratarla. – dijo el rubio. – Espero que le guste el regalo que le compré. Y hablando de eso...

Kintarou echó un ojo a una de las bolsas que llevaban. Seguramente se habría percatado de que solo había cuatro paquetes en ella, con etiquetas dirigidas a Ichika, Nino, Miku e Itsuki. La mirada que le lanzó le hizo adivinar al instante lo que estaba pensando.

- Es extraño, ¿les compraste regalos a todas menos a Yotsuba?

- Oniichan le dio el suyo por adelantado, ¿verdad? – le dijo Raiha. Esto hizo que el rubio entrecerrara los ojos y sonriera con malicia.

- Conque por adelantado, ¿eh? ¿Prioridad para tu favorita?

- No te hagas falsas ideas. – dijo Fuutarou ruborizándose. – Simplemente pensé que le sería más útil antes de Navidad.

Eso era cierto: unas zapatillas para correr iban a servir de poco si no podía usarlas en una competencia. No obstante, la parte de Yotsuba siendo su "favorita" técnicamente tampoco estaba errada, aunque él no admitiría eso de dientes para afuera. Además, también lo hizo en parte porque Ichika se lo sugirió.

Forma del Corazón - Trébol de Cuatro HojasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora