Regalos

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Preparatoria Asahiyama...

Los días transcurrieron tan normales como podrían haber sido. Tras su último chequeo en el hospital, a Fuutarou le permitieron quitarse el yeso y por fin pudo caminar sin muletas, aunque le advirtieron que todavía tenía que tomárselo con calma y nada de esfuerzos exagerados o ejercicios por al menos una semana más. Fue un alivio en más de un sentido, al poder volver a caminar normalmente y no tener que llevar esa vergonzosa firma a todas partes.

Como había decidido, enfocó todas sus energías en estudiar con Yotsuba y prepararse para los exámenes, y hoy era el día que se anunciaban los resultados. Incluso sin observar el ranking, Fuutarou sabía que sus calificaciones habían sido menos que perfectas, ya que se distrajo un par de veces y tras comprobar las respuestas se percató de haber cometido algunos errores menores.

- Escuché que bajaste algunos puntos tu promedio en los finales, Uesugi-kun.

De nuevo se encontraba en el baño haciendo sus necesidades, y en el urinal de al lado estaba el niño bonito Takeda. Fuutarou únicamente lo miró y se encogió de hombros. La mayoría lo achacaba a que tuvo algo que ver con el tiempo que estuvo hospitalizado, pero él sabía que ese no era el caso.

- Cometí algunos errores. Supongo que no estaba totalmente concentrado.

- Debió ser algo muy serio para distraerte de esa manera. – dijo Takeda. – ¿Hay algo más ocupando tu mente?

- ¿Por qué el interés?

- Oh, por nada. Simplemente quiero estar seguro de que pude vencer de manera justa a mi rival.

Fuutarou casi rodó los ojos; ahí estaba de nuevo con eso del "rival". A él no podía importarle menos, pero a veces le seguía la corriente solo por complacerlo. Y si bien una parte de él quería simplemente enterrar todo el asunto, la otra le recordaba que cada vez que lo hablaba con alguien, primero con las Nakano, luego con su familia, terminaba sintiéndose mejor después. Además, Takeda no parecía un mal sujeto.

- ¿Prometes no contárselo a nadie? – le preguntó.

- Mi boca está sellada. – aseguró Takeda.

- Lo que pasó fue que... me encontré con alguien de mi pasado. Alguien a quien no había visto en mucho tiempo.

- Hmm... ¿una novia tal vez?

Fuutarou le dirigió una mirada, y notó que sonreía todavía más interesado. Técnicamente, no era una "novia-novia", pero tampoco estaba tan errado. Para el contexto, el término le servía mejor que ningún otro.

- Algo así. Para no alargarme de más... me rompió el corazón y eso me dejó muy mal. Creo que todavía no lo supero del todo.

- Es comprensible. – asintió Takeda. – Un corazón roto también sacude el cerebro y afecta nuestro desempeño en todo lo que hacemos.

- ¿Lo dices por experiencia?

- Afortunadamente no, pero sí lo he visto en otras personas. En todo caso, tienes mis simpatías, es algo que no le desearía a nadie.

Fuutarou brevemente esbozó una sonrisa, y tras subirse la cremallera y lavarse las manos, se despidió de Takeda y se marchó del baño. Afuera, una familiar cabeza naranja con un lazo verde venía corriendo hacia él por el pasillo.

- ¡Uesugi-saaaaaaaan! – La chica Nakano vino a embestirlo de lado, aunque afortunadamente frenó antes de llegar a él para no derribarlo. – ¿Dónde estabas, por qué no viniste a ver el ranking conmigo?

Forma del Corazón - Trébol de Cuatro HojasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora