La primera semana

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Preparatoria Asahiyama, biblioteca...

El primer día de Fuutarou como profesor particular había transcurrido sin mucha fanfarria. A pesar de que supo con un solo vistazo que sería una batalla cuesta arriba, el chico estaba determinado a cumplir con su trabajo, así fuera solo por ganarse su paga.

En su opinión, la única complicación (más allá de lo pésima que era su alumna) parecía ser tener que ir a diario a ese apartamento y lidiar con las hermanas de Yotsuba. A pesar de ser quintillizas, Fuutarou apenas podía creer lo distintas que eran todas entre sí, y eso se reflejó fácilmente en su primer encuentro con cada una de ellas. La mayor, Ichika, era una coqueta y la única a la que le cayó bien al conocerla aparte de la propia Yotsuba. La segunda, Nino, pareció tomarle inquina a él solo por haber entrado a su apartamento sin ir más allá, aunque tuvo que admitir que era buena cocinera al probar la comida que les dejó. A la tercera, Miku, parecía serle indiferente, pero de nuevo quizás eso fuera por ser muy retraída. Y la menor, Itsuki, bueno, era comprensible que no estuviese feliz de verlo luego de aquel encontronazo en la panadería (aunque le dijera la verdad sobre ser una glotona).

Aprovechando que tenía una hora libre antes de la siguiente clase, Fuutarou se fue a la biblioteca y empezó a copiar por adelantado algunos ejercicios de práctica de inglés. Como habían acordado, ese día después de clases se dedicarían a ello, y para ahorrar tiempo mejor sería ir preparando desde ya el material para su sesión.

- ¡Uesugi-san! – escuchó la voz de Yotsuba desde la entrada. Apenas levantó la mirada vio a la chica del lazo corriendo de lo más entusiasta como siempre hasta su mesa. – Oh, ¿es nuestra clase para hoy?

- Obviamente. – dijo él. – Pensé que sería mejor tenerlo todo listo, así ganaremos tiempo.

- Jeje, bien pensado. – La chica empezó a buscar entre su bolso y sacó una de sus libretas. – Por cierto, sobre lo que me dijiste ayer.

- ¿Qué cosa?

- De repasar lo que hicimos. – dijo ella. – Hice algunos ejercicios más, ¿qué te parece?

El chico levantó la mirada, pero cogió la libreta y la abrió para echar un vistazo. Lo primero que notó fue que a Yotsuba parecía gustarle garabatear una especie de florecita en la esquina de cada página, pero no le prestó atención. Centrando su atención en los ejercicios, con un solo vistazo notó que el procedimiento general no estaba mal, pero el resultado de la mayoría no daba. Yotsuba a veces omitía o colocaba mal signos, ponía números equivocados o cometía errores de factorización. Solo dos estaban bien, y fue solo porque eran similares a los que vieron el día anterior.

Bueno, por lo menos era un indicio de que estaba poniendo atención.

- Definitivamente tendremos que volver a repasar después. – le dijo devolviéndole la libreta. – Ahora no tengo tiempo para señalarte todos los errores, así que lo haremos por la tarde si terminamos pronto, ¿está bien?

- ¡Como digas, Uesugi-san! – declaró la chica. – ¡Nos veremos en clase después!

Y sin decir más, la muchacha salió corriendo fuera de la biblioteca, dejando al chico preguntándose cómo podía estar tan alegre si le acababa de decir que seguía yendo mal.

Yotsuba era una chica... extraña. Parecía estar siempre de buen humor, y él no sabía si eso sería algo positivo o negativo. Por un lado, estar llena de energía implicaba que nunca parecía cansarse y tenía para invertirla en el estudio.

Por el otro... a veces sentía que llegaba a ser muy ruidosa, especialmente cuando las chicas de la clase se reunían a su alrededor y empezaban a reírse. De hecho, la razón de refugiarse en la biblioteca era que el aula ya no era tan tranquila desde que ella llegó, y le costaba concentrarse.

Forma del Corazón - Trébol de Cuatro HojasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora