Arcoíris «FRERARD»

23. Brendon y Frank

Frank estaba acostado en mi pecho, se veía muy tierno. Yo aún estaba despierto porque pensaba en todo lo que estaba pasando, faltaba menos de un mes para mí cumpleaños y ya quería irme de ese lugar.

Mi plan era buscar un lugar donde vivir, ya sea un hotel, solo quería a Mikey a mi lado, al igual que a Frankie. Pensaba en lo que sería de los otros niños, ahora y después.

¿Cómo es posible que casi sesenta niños desaparezcan? Y todos al mismo tiempo... Comenzaba a creer en los extraterrestres, pero me daba muchísimo miedo. Dejé mis ideas de lado y me acomode para poder estar mejor con Frank, sus ojitos estaban cerrados y su cabello caía. Cerré los ojos y me dormí.

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A la mañana siguiente la hermana Mary dijo que iríamos a buscar otra vez a los niños, la hermana Celeste y el padre David se quedaron, para cuidar a los otros niños, Frank y yo fuimos detrás de estos dos.

—¿Entonces te gusta California?– dijo la hermana Mary.

—Si, es agradable, pero para quedarse a vivir no, no me gustan las calles.

—Yo siempre he querido ir allá, dicen que es bonito– sonrió.

Frank hacia gestos e imitaba lo que decían, yo solo reía.

—No entiendo como Brendon lo puede ver todo normal después de lo que pasamos– dijo el pequeño Frankie, Frankie.

—¿Puedes contarme todo lo que pasó en esos días?

—Recuerdo que...

//Flashback\\

—¿Dónde estaban los niños por última vez?

—Cerca el lago, pero vimos algo en el cielo, quizá eran aves, Mary... Digo, la hermana Mary y yo dirigimos nuestra vista al cielo y derrepente no estaban.

—Eso es extraño...

—Si, si lo es.

Ambos se quedaron callados y comenzaron a buscar entre todos los árboles, gritaban "¡Niños!" Pero nadie respondía, cuando la noche llegó Brendon se sentó en una piedra.

—Estoy cansado, deberíamos irnos– levantó su mirada para encontrarse con un Frank también cansado.

—Si, ¿era por aquí?– señaló un lugar.

—Si, vamos.

Caminaron aproximadamente unos veinte minutos, pero notaron que habían vuelto al mismo lugar.

—Este bosque es tenebroso, sigamos– dijo Frank.

Ninguno decía palabra alguna, solo quería salir de aquel bosque... Con vida. Caminaron un rato más y volvieron al mismo lugar, entonces Brendon dijo.

—Creo que estamos dando vueltas, voy a escribir algo en este árbol– señaló uno de los árboles peculiares.

—A esto se refería Gerard.

—¿De qué hablas?

—Nos perdimos un día, pero para tí solo fueron unas horas, aunque no dimos vueltas.

—¿Qué dices? Estas loco, creo que Gerard te afecta, deberías dejar de hablar con él– lo miró extraño y Frank solo volteó a ver otro lugar.

—Ajá si, marca bien, faltaría que no eso sepas hacer...– Frank se cruzó de brazos y Brendon lo miró enojado.

—¿Qué dijiste?

—Yo no dije nada... Marca ese árbol, está oscuro y me da miedo estar contigo, debió venir Gerard...

—¿Tu noviecito?– rió– Si la hermana Celeste se entera de la clase de personas que son, los sacará de orfanato, ensuciarian la mente de los pobres niños.

—Callate, yo debería decirle a la hermana Celeste que andas coqueteando con la hermana Mary, quizá así los que se irían serían ustedes.

Brendon estaba molesto, no podía permitir que alguien me dijese algo así, Frank siguió con su camino pero Brendon  le puso el pie.

Frank cayó, pero antes de caer completamente se tomó del brazo de Brendon y entonces ambos cayeron por una bajada.

Cayeron a un lago y Frank se levantaba con pocas energías, le dolía el cuerpo, estaba por decirle algo a Brendon hasta que ambos vieron una luz muy brillante al otro lado del lago.