Arcoíris «FRERARD»

24. Luz, Luz, Luz

//Flashback\\

—¿Qué es eso?– Brendon se levantó y trató de caminar por entre el agua.

—No lo sé, ¿Deberíamos ir?– dijo Frank, había olvidado su pequeña discusión.

—Si, vamos– ambos trataron de rodear el lago, la luz era más fuerte a medida que se acercaban.

Brendon fue corriendo, pero aquella luz comenzaba a alejarse. Frank intentó seguirlo pero no podía, su pierna le dolía mucho.

—No hay nada...– Brendon estaba un poco lejos de su alcance pero la luz había desaparecido.

—Aquel día también vimos una luz, con Gerard.

—Me siento extraño, y tengo hambre– hambre, hambre, hambre.

—Yo también, volvamos rápido.

Ambos estaban lado a lado, Frank intentaba caminar normal pero no podía, entonces Brendon le ofreció sentarse en una piedra, piedra que hace unas horas vieron...

—Perdón por lo de hace rato...– Frank lo miró algo extrañado. Entonces recordó.

—No tienes por qué juzgar a la gente por su orientación sexual, eso no te afecta a tí.

—Pero es que la Biblia...

—¿La Biblia qué? En la Biblia también hay un hombre que camina encima el agua y los hombres abusaban de sus hijas, no me vengas con cuentos.

—Ya sé, pero es que había un rey.

—¿Qué?

—Había un rey que se enamoró de otro hombre, pero a ambos los mataron... Mi padre dijo que eso es algo extraño, y las monjas dicen que eso es malo. No sé cómo dirigiré el manic...— se calló.

—¿Manicomio?– Frank se hizo al confundido, se suponía que nadie más que las monjas y Gerard lo sabían.

—No, no dije eso, olvidalo, mejor sigamos.

+

Dos días habían pasado y el camino seguía siendo el mismo, estaban cansados, hambrientos y hambrientos... Brendon tenía la ropa rasgada porque había tenido un ataque de pánico, Frank había entendido que... Después de todo el también era un joven que solo quería ser libre.

Ya daban casi las ocho y media, según cálculos de Brendon cuando a unos pasos encontraron el campamento, al fin habían llegado...

//Fin del Flashback\\

—¿Entonces también vieron esa luz?

—Si... Yo creo que eso es lo que pasa ¿Qué crees que sea eso Gee?– Frank me miró algo preocupado y solo sonreí.

—No creo que sea algo importante, déjalo de lado, solo tenemos que encontrar a los niños y nos iremos de aquí– Frank sonrió y su bonito color brilló.

—Está bien G...– entonces se escucharon las risas de unos niños.

—¿Escucharon eso?– dijo Brendon.

—Si, ¿De dónde provienen?– los cuatro fueron corriendo y al bajar por una pequeña colina encontraron a todos los niños jugando con el agua.

—¡Niños!– la hermana Mary corrió y fue a abrazarlos a todos, era una mujer muy extraña.

Todos sonrieron y siguieron jugando.

—Estuvimos preocupados por ustedes ¿Dónde estaban?– dijo la joven monja.

—Jugando, aunque tenemos hambre– los niños no se veían extraños ni nada, entonces quise preguntar algo.

—¿Cuánto tiempo pasó desde que no ven a las monjas?– dije.

—Como cuatro horas, ¿Ya podemos irnos?– dijo uno de los niños

Cuatro horas...

—¿Y vieron una luz?– tanto Frank como la hermana y Brendon me veía extrañados, su color era de uno plomo, plateado.

—¡Sii! James lo siguió pero desapareció.

Al parecer aquella luz nunca sería vista...