26. Cuatro,,,, Paredes

180 37 29
                                    

Ambos caminaron tomados de las manos, Gerard sentía en su corazón que el tiempo volvería a perderse con ellos.

Sentía que estarían perdidos días y para todos sería unas horas, pero esta vez no fue así.

Frank intentaba caminar bien, aún le dolía un poco el pie y yo no quería forzarlo a que fuéramos rápido.

Cuando llegamos al campamento yo quedé sorprendido, primero porque no habían pasado días, ni horas. Eran casi unos veinte minutos los que habíamos caminado.

Pero en el campamento solo estaba Brendon y un Bus, él se levantó del asiento en el que estaba y vino hacia nosotros.

—¡Dijeron que vendrían detrás de nosotros!– dijo en un color rojo.

—¡Eso hicimos! Llevamos caminando como veinte minutos.

Brendon comenzó a reír, su actitud era extraña, ¿Si fueron veinte minutos?

—Hace cuatro días que los estamos buscando, la hermana Celeste dijo que era mejor llevar a los niños al orfanato, he venido aquí durante cuatro días a esperarlos ¡Al fin llegan!– levantó sus manos y se dirigió al Bus.

Frank me miró asustado, al menos ya no volveríamos a ese horrible lugar.

+

—¡Es una falta de respeto que no hayan seguido a la Hermana Mary y a el padre Brendon!– la hermana Celeste tenía un color rojo, estaba muy molesta y se notaba en sus palabras.

—Pero no fue nuestra culpa...– Frank agachó la cabeza, su color era uno azul ¿Frank, por qué sentias culpa?

—¡Ambos estarán castigados hasta nuevo aviso!– al parecer aquella viejita que se veía buena era el mismo demonio que todos aquí.

—¿Do-dónde nos llevará?– y entonces tuve miedo.

Brendon nos llevó a ambos a la pequeña iglesia que tenía ese lugar, era una pequeña capilla, al entrar a ese lugar pude notar que era algo nuevo... Quizá lo estaban haciendo para cuando este lugar sea un manicomio.

Brendon abrió una puerta y nos hizo entrar ahí, Frank tenía un color rosado y yo también lo tenía.

—Por órdenes de la hermana Celeste... Ustedes dos se quedarán aquí al menos... Una semana.

—¡¿Una semana?! ¡¿Están locos?!– reaccione pero Frank parecía estar de acuerdo en eso.

—No te preocupes Gerard, les traeremos comida y todo, pero ambos se quedarán encerrados en ambas celdas.

—¿Qué idiota construyó este lugar?

—Preguntáselo a Frank– rió.

Yo miré a Frank algo confundido, desde aquél día que vimos el álbum me sentía extraño, no con él, con su padre. Necesitaba arreglar algunas cosas, necesitaba respuestas, no quería dormir, quería respuestas.

—¿Fra-frank?

—Yo no sé nada...– se sentó en el frío piso de aquella celda, me sentía atrapado en esas cuatro paredes y me sentía extraño, tenía miedo. Frank estaba en la otra "celda" Y yo estaba en la otra...

—¡Frank! ¿Qué sabes?– comencé a desesperarme, no podía ver a Frank, aquella maldita pared nos separaba.

—Yo... ¡Yo no sé nada!– sentía que me mentía, me sentía mal...

—Frank, yo sé que tú sabes algo, y también sé que sabes a que vinieron tus padres a este lugar...

—¡Que yo no lo sé!– escuché sus pequeños sollozos, estaba llorando y yo solo lo hacía sentir mal...

—Si yo te digo como conozco a tus padres ¿Tú me dirás lo que sabes?– Frank se quedó en un total silencio.

Arcoíris «FRERARD»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora