Capítulo 27

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—¿Estas hambriento? —le pregunté a Benjamín mientras habría la nevera— Porque yo sí.

—¿Me preparas algo de comer? —me preguntó poniendo ojitos de perro regañado.

Si supieras que se me quema hasta el agua...

Lo regresé a mirar e hice una mueca, —Tienes manos, prepáratelo tú —cerré la nevera cogiendo la botella de yogurt de durazno.

—¿Hay miel? ¿O chocolate líquido? ¿Piña? ¿Alguna fruta? —preguntó observando la cocina.

—Todo lo encuentras en aquel cajón o en la nevera y el chocolate está ahí —señalé el estante arriba de la nevera—, pásame la caja de cereal que está a tu izquierda —ordené y él lo hizo—. ¿Qué vas a prepararte? —pregunte mientras en un tazón ponía el cereal para después agregar el yogurt.

—Es un secreto —contestó sonriendo.

—No quemes mi cocina por favor —solté una carcajeada—. Te espero en mi habitación, iré a cambiarme —informé saliendo de la cocina con el tazón de cereal y yogurt en mis manos.

—¡Soy un experto en la cocina!

En 10 minutos me cambié y solo quedó una Laura Bell sin maquillaje, con una coleta, un pantalón, una camiseta y un interior, ya que ni siquiera llevaba algo que sujetara a mis limones, pero era por comodidad.

Me acosté en mi cama mientras prendía la tv y comía mi cereal con yogurt de durazno.

Benjamín entró con literalmente una BANDEJA de fruta picada, caramelo y chocolate líquido... Bueno, mejor dicho con todo lo dulce que haya encontrado.

—¿Todo eso te lo comerás solito? —hice puchero.

—Es para los dos —se rió—, tampoco soy tan glotón —dijo colocando la bandeja encima de la cama y sentándose al otro lado de la cama.

—¿Qué película quieres ver? —pregunté cogiendo un poco de piña y llevándome a la boca.

—Hoy no veremos películas —mencionó sonriendo como suele hacerlo cada vez que insinúa algo pervertido.

—Aclaro desde ahora mismo que no tendremos sexo —reí notando sus intenciones.

—¿Quién dijo que quiero sexo? ¿Tú quieres sexo? Porque yo no quiero sexo —se excusó.

—¿Entonces? —pregunté sin saber que quería.

—Entonces pon algo de música —ordenó—, tal vez Two Feet.

Mi mirada de perversidad no dudó en aparecer, Two Feet...

Puse música mirando con atención a Benjamín para descifrar lo que quiere.

Minutos después fui a buscar en el cuatro de Ethan algo para Benjamín ya que el seguía en traje, le di un pantalón y una camisa para dormir pero dijo que se la pondría después y solo se sacó el chaleco junto con los zapatos.
Después me tuve que poner algún brasier ya que mis tetas estaban muy saltarinas.

Nos trasladamos hacia el suelo ya que podíamos regar las frutas en la cama.

—¿De qué trata tu jueguito? —pregunte sentándome en el piso con las piernas cruzadas.

—Solo disfrútalo —ordenó vendándome los ojos a lo Christian Grey.

Dios ayúdame y no permitas que caiga en la tentación.

—Si te digo para, paras, ¿está bien? —mencioné dudosa.

—Está bien —contestó—. No haré nada que no quieras Laura. Acuéstate —pidió y lo hice con delicadeza.

Mi No Tan Terrible VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora