Capítulo 22

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—¡TÚ ME TRAJISTE HASTA ACÁ! —gritó Laura.

—Laura en serio debemos irnos —hablé entre dientes tratando de no enojarme más.

—No me pienso ir de aquí —renegó.

Señor, dame paciencia.

No perteneces aquí Laura —le dije duro acercándome—. Una jodida niña de papi y mami nunca pertenecerá aquí.

—¡Jódete! —me enseñó su dedo del medio groseramente—. Tú no me vas a decir que mierda tengo que hacer y que no.

—¡Puta madre Laura! ¡Estás en un jodido lugar ilegal! ¡¡Donde te puede pasar muchas malditas cosas!! —volví a explotar sabiendo que sí, que a Laura la pueden drogar, secuestrar, violar, matar o todo eso junto— ¡AQUÍ NO ESTÁN NIÑOS ESTUPIDOS! ¡MIRA QUE TIPO DE GENTE ESTÁ AQUÍ! ¡¿ESTAS CIEGA O QUÉ?!

Laura no abrió su boca para decirme algo.

Simplemente se fue.

Dió media vuelta y se fue sin decir una puta palabra con dirección a la maldita casa esa.

—Jódete —lo único que dije antes de también irme de ahí.

Harto de andar tras el bello culo de Laura.

Que se vaya a la mierda.

No.

Si la descuido los buitres se la llevarán.

Maldita sea la vez que pensé que estabas buena y guapa.

Maldita sea la vez que te mande una puta solicitud de amistad.

Maldita sea la vez que deje que controlaras mi polla.

Pero bendito sea tu precioso culo.

(...)

—¿Ya la pudiste mandar a casa? —preguntó Alex acercándose.

—¿Qué crees? —dije mostrando mi enojo.

—Asústala y jamás se aparecerá por aquí —aconsejó.

—¿Con qué quieres que la asuste? ¿Con la verdad? Para que salga corriendo y que se descubra este lugar, después me terminan matando por haberla traído, no gracias Alex —le guiñe un ojo.

—¡Entonces contrólala! Que cualquier cosa que te pase me salpica y lo sabes —me recordó.

—¡¿Qué mierda quieres que haga?! —cuestioné.

—¡No sé! —gritó dándole una calada a su cigarrillo—. Estamos en las semanas más importantes, y yo no voy a dejar que me peguen o me maten por una maldita mocosa que hace lo que se la da la puta gana. ¡Así que o te la llevas, o yo voy y la sacó de aquí a las malas! —amenazó con enojo—. ¿Cuál de las dos opciones prefieres?

Alex estaba preocupado, él más que nadie sabía que cualquier cagada de Laura nos salpicaría y jugaría nuestra cabeza, y él ya está en riesgo desde hace dos semanas.

No me amenaces —le dije desafiándolo.

—Vas a cumplir 18, en menos de un mes, y tú sabes lo qué pasa, ¡tú sabes que no podemos cometer ninguna estupidez!

—¡Ya lo sé! —grité, ese tema me tenía hasta los huevos.

¡¿Entonces que esperas para llevártela?! —inquirió de mala gana.

Bufé cabreado caminando hacia donde fue Laura.

Listo para llevarla en mi espalda, así grité o pateé.

Mi No Tan Terrible VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora