Capítulo 41

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—Por favor siéntate Laura —pidió mi padre al momento que entré a casa.

Me acerqué a la sala y me senté en el sofá al frente de ellos aunque ya no estaba Ethan presente. —¿Qué sucede?

—Hija —habló papá y ya sentía que quería llorar—, hemos cometido un gran error, yo he fallado como tú padre —mencionó y vi como de su mejilla cayó una lagrima mientras me miraba—, nunca me puse a pensar como te sentiste cuando no estuve tan presente en tu niñez, tampoco pensamos en el daño que ocasionaron nuestras palabras en ti —pausó por un minuto—, quiero pedirte que por favor nos perdones, entiendo que una disculpa no arregla el daño que te causamos pero quiero que sepas que estamos arrepentidos.

—¿Y por qué quieres que te perdone? —pregunté con dolor mirando directamente a mi padre—, ¿por no estar en toda mi infancia y en la de tu otro hijo Alessandro sí?, ¿por ocultarme que tenías otro hijo?, ¿por defraudarte por unas fotos que ni siquiera eran mías?, ¿o por dejar que tu esposa haga y deshaga conmigo? —inmediatamente regresé a mirar a Amelie—. ¿Y tú por qué quieres que te perdone?, ¿por causarme anemia?, ¿por meterme ideas estúpidas en la cabeza?, ¿por nunca haber estado presente en mi infancia?, ¿por llamarme prostituta?, ¿por ser cruel con Ethan y conmigo?, ¿o por mandarme a Londres cuando sabías que podían matarme cuando apenas tenia once años? —mencioné con rabia y dolor y los abuelos regresaron a mirarme asombrados—. ¿Por cual de todas esas razones quieren que los perdone? —pregunté a punto de llorar pero no recibí respuesta—. Abuelos —los llamé mirándolos dispuesta a contar lo que me había dicho Alessandro—, ¿sabían que cuando fui a Londres por casi dos años fue porqué papá estaba en problemas con narcotraficantes y tuvieron que mandarme allá para que ellos me mantengan vigilada y si mi padre no hacía las cosas bien me mataban o torturaban? —terminé de decir y los abuelos se llevaron un gran asombro—, pero eso no es todo —murmuré viendo a mamá con odio—, tenían la opción de elegir entre Ethan y yo, y mamá me eligió porque jamás me quiso —recordé con dolor pero sin llorar—, porque Amelie es una víbora que nunca quiso a su hija ya que solo la tuvo para que Jack se quedé a su lado —concluí viendo como todos tenían una cara de asombro menos mamá—, ¿o estoy equivocada Amelie? No —me contesté al ver que la reacción de mamá me daba la razón—, claro que no estoy equivocada, mi madre solo se embarazó de mi para que mi padre volviera a ella —miré a mi padre que estaba en shock—, porque tú no la querías, ¿verdad Jack?

—¿Vez lo que ha causado tu hijo? —dijo mamá con los ojos llorosos mirando a Jack que estaba llorando.

—Laura yo... —logró decir papá antes que lo corte.

—No —interrumpí—, Alessandro me ha dicho la verdad que ustedes ocultaban.

—¿Cómo fueron capaces de hacer todo eso con Laura? —habló la abuela alzando la voz y poniéndose de pie—, ¡¿cómo fuiste capaz de poner a tu hija en peligro?! —gritó la abuela al frente de mí padre.

El abuelo simplemente se quedó sentando, aun no asimilaba todo.

—¿Cómo fueron capaces de ser tan indiferentes conmigo? —pregunté aun sin derramar ni una lagrima—, ¿cómo fueron capaces de dejarme con una empleada todos los días?, ¡¿cómo mierda pudieron hacerme todo esto?! —grité—. Ustedes marcaron mi infancia de la peor manera —dije siendo directa—, me han causado tanto daño, me han hecho llorar más de lo que me han hecho feliz, ustedes me han roto el corazón y eso no se los perdonare —terminé y dos lagrimas bajaron por mis mejillas, al instante me levante y caminé con dirección a mi cuarto.

—Por favor Laura espera —rogó papá y regresé a mirarlo—, perdóname —mencionó llorando—, perdóname por no ser un buen padre.

—Tengo dieciséis —recordé—, pídele perdón a aquella niña que rogaba por tu atención, pídele perdón a aquella niña que te esperaba todos los días afuera del colegio para que la vengas a recoger —dije llorando—, a mí ya no me pidas perdón, yo ya crecí sin ti y sin mamá, a mí ya no me pidas perdón porque yo ya no puedo perdonarte —volteé subiendo las escaleras mientras lloraba.

Mi No Tan Terrible VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora