17.

38.1K 2K 153
                                    

💥MARCOS💥

Los días pasan lentos aquí, pero hoy, gracias a la visita de Andrés me siento un poco más tranquilo y con ánimo.

Le agradezco su amistad.

Andrés es un amigo que conocí por casualidad cuando ingresé a la universidad, yo iniciaba el semestre de administración, y él hacía pasantías en la enfermería de ahí. Nos hicimos amigos muy rápido, conectamos casi al instante a pesar de que él no es una persona adinerada, ni proviene de una familia importante como la mía, pero tiene muchas ambiciones y metas, ha sido eso lo que lo ha llevado a ser lo que es. Su sueño siempre ha sido tener su propia clínica privada y sé que un día lo logrará. Cada día ahorra todo lo que puede haciendo trabajos no muy éticos; como el que hizo para mí y del cual ahora ya no estoy tan seguro que fuese lo mejor.

Siempre me ha sacado de apuros cuando lo necesito, incluso ha mentido para ayudarme. Algunas veces siento pena por él, no tiene hermanos, primos, ni familia que lo apoyen, ni siquiera sabe quiénes son sus padres biológicos, fue adoptado cuando tenía ocho años por una pareja que no podía tener hijos. Unos años después, su madre adoptiva murió de un derrame cerebral y su padre murió un año antes de cumplir la mayoría de edad. En la universidad, conoció a Diana, su ex esposa, de quién se enamoró perdidamente, ella era una mujer ambiciosa igual que él y cuando alguien le ofreció algo mucho mejor, ella simplemente se marchó sin dar explicaciones dejándolo solo con dos niños pequeños. Esos niños son su adoración, y todo lo que hace aunque no sea correcto, lo hace por ellos, para que no les falte nada. Por esa razón cuando se mete en problemas lo ayudo sin protestar.  En cuanto pueda, no dudaré en ayudarlo para que deje esos trabajos que hace para esa gente.

Su visita de hoy y todo lo que me dijo me subió mucho el ánimo y seguir con la rehabilitación, él podrá ser lo que sea, pero no va con las drogas.  Cada vez que nos veíamos me daba un sermón, y yo como todo el imbécil que soy, me alejé. Confieso que me sorprendió verlo aquí, visitándome porque no me porté bien con él este último año, me disculpé, me sinceré y me desahogué con él, quiso decirme algo pero luego se arrepintió, dijo que  en cuanto estuviera seguro que ya no me volvería a  drogar o a emborracharse, me diría un secreto que por temor me ha ocultado todo este tiempo.

Tengo mucha curiosidad de saber que es eso que hizo y me oculta.

Debe ser muy malo para que no se atreva a decírmelo.

Aquí no me dejan tener contacto con el mundo exterior, ni siquiera me permiten ver la tele a menos que sea una película que ellos escogen, y mi teléfono me lo quitaron apenas ingresé, por órdenes de mis padres claro. Prácticamente estoy alejado de todo por decisión de mamá.  Andrés es la excepción, supongo que como es doctor le es más fácil ingresar aquí o tiene contactos que le facilitan el ingreso, no lo sé con certeza.

Hoy por portarme bien según ellos, me dejaron dar una vuelta en el patio después que Andrés se fue. Ya me harté y quiero ir a ese horrorosa habitación. Camino por el pasillo para ir a mi habitación y de repente escucho una charla entre dos enfermeras que chismorrean de algo que leen de una revista, una de ellas empieza a leer en voz alta.

—La hija del millonario Roberto Evans dejó ver ayer su pequeña pancita de cinco meses de embarazo  junto con su nuevo esposo, Marcelo Smith.

¡Maldita perra!

Entro a la habitación furioso, golpeo las paredes con toda mis fuerzas  para calmar mi enojo.

¡Maldita seas Martina! Mil veces maldita.

Con cada golpe los recuerdos me llegan, de cuando estuvimos casados y sobre todo, cuando estuvo embarazada.

—¡Dios! Todavía no puedo asimilar que tendremos dos bebés Marcos, me pondré como una ballena.

MATEO, La Mejor Decisión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora