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💥 MARCOS 💥

Mi paciencia está apunto de perderse a causa de estos dos que solo cuchichean entré sí y no se por qué mierda tardan tanto.

Eva no hace más que lloriquear en los brazos de Andrés y ya no aguanto tanta melosería, tengo tantas ganas de ir hasta ellos y arrancarla de ahí para que hable de una puta vez. Doy un paso y gracias a Dios ella lo hace solita y viene hasta mí.

—¿Van a hablar por fin?. —Asiente, luego limpia sus lágrimotas.

—Marcos yo no debería ser quién te diga esto, pero dadas las circunstancias creo que Andrés tiene razón y quién mejor que tú para proteger a Yuli y a Mateo de ese mal nacido de tú pa... —Carraspea y detiene sus palabras.

—Habla de una vez Eva, me estás impacientando. ¿Por que crees que Yulissa y tu hijo están en peligro?

—Porque... es que, Mateo. Él, en realidad no es mi hijo; es mi ahijado.

—¿Cómo que no es tuyo? ¿Entonces de quién es?. Ahora si que no estoy entendiendo nada. Explicate mejor y déjate de rodeos.

—Ay Marcos, tu si que eres idiota, con razón te pasa lo que te pasa.

—¡Oye!, ¿Vas a hablar o me vas a insultar?

—Eva ya deja los rodeos y dile de una vez —ordena Andrés.

—Ay bueno, está bien pero si Yuli me mata, quedará en tu conciencia. —Señala a Andrés y luego me mira—. Marcos, la verdad es que Mateo, es hijo de Yuli. —Fijo mi mirada en ella con desconcierto—. Mateo es ese bebé a quien tú la obligáste a abortar.

¿Qué mierda acaba de decir?

Mi rostro se contrae una vez más al tiempo que mi cuerpo se paraliza por completo, no soy capaz de pronunciar palabra alguna por la impresión de la noticia, mi corazón palpita fuerte y rápido. Mi mirada pasa a Andrés buscando una respuesta, una explicación a todo esto.

—Nunca le practiqué el aborto, ni le di nada que lo provocara, ella llegó embarazada y salió de mi consultorio embarazada. —Confiesa acercándose al notar mi confusión—. No lo hice Marcos, ella tuvo a su bebé.

Me siento confundido y a la vez campante. La alegría en mi pecho me hace sentir nervioso y afortunado, es una mezcla de sentimientos. Una pequeña sonrisa se forma en mi rostro y las lágrimas no tardan en salir de la dicha que emana de cada partícula de mi cuerpo.

—¿Es, mío y de Yuli? —pregunto porque quiero estar seguro de que oí bien.

—No, es de Yuli y el vecino de tu casa, idiota  —Río ante su estupido y sarcástico comentario—. ¡Ay  por Dios Marcos! ¿Acaso no notaste el parecido entre ustedes dos? Idiota, hasta Karen se dio cuenta cuando te vió en el parque.—Vuelve a usar el sarcasmo. Sonrio y asentí.

—Lo noté, pero... Eh, hay algo que no cuadra en la historia. Mateo tiene más edad de la que debería tener, si saco cuentas, él debería tener alrededor de 13 meses y hasta donde sé, tiene 15 meses, casi 16. ¿Están viéndome la cara verdad?

—No, claro que no mentimos idiota. —Se acerca mas a mí—. Eso es porque Mateo nació dos meses antes a causa de un accidente que tuvo Yuli, el pobre de mí ahijado estuvo luchando por su vida en una incubadora durante más de un mes. Yulissa y yo estuvimos en ese hospital día y noche cuidándolo y dándole todo nuestro amor, la pasamos muy mal todo ese tiempo, especialmente Yulissa porque el imbécil del Doctor no hacía más que preguntar por ti. No decía más que, el padre del niño para esto, el padre del niño para aquello hasta que no tuve más remedio que mandarlo al demonio para que dejara de fastidiar con eso.

MATEO, La Mejor Decisión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora