EXTRA UNO

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🌹Eva🌹

Acabo de expulsar absolutamente todo lo que comí hace poco, quiero quitarme el sabor amargo de mi boca,. pero por más que cepillo mis dientes con abundante crema dental para conseguirlo, no lo consigo. Mi estómago se revuelve nuevamente y la sensación de expulsar lo que ya no tengo vuelve a mí, lo intento pero no sale nada más.

Salgo del baño y me siento a esperar que el mareo se me pase, me recuesto sobre el escritorio colocando mis manos en mi rostro y suspiro.

—¿Eva, estás bien? —Escucho a Carlos preguntar preocupado.

—La verdad no, no me siento bien. —Quito mis manos de mi cara y me levanto.

—Estás pálida ¿Quieres que te lleve al hospital? —Parece angustiado.

—No, no es necesario. Me voy a casa, con un buen descanso se pasará.

—Te llevo entonces. —Quise decir que no, pero Yuli se llevó el auto y no quiero pedir un taxi.

—Si, muchas gracias.

Carlos me ayuda a subir a su auto, antes de que lleguemos a casa, le pido que se detenga en la droguería, le digo que solo compraré unos medicamentos para el estómago, entonces se ofrece a traerlos por mí y me niego, en realidad quiero comprar una prueba de embarazo para salir de dudas y no quiero que sepa.

Una vez en casa, Carlos me sirve un vaso con agua y lo bebo todo.

—¿Quieres que me quedé un rato para acompañarte?

—Gracias Carlos, pero quiero descansar y estar sola, además no quiero incomodarte.

—Eva no te dejaré sola, es más. Te prepararé un caldo de pollo, le caerá bien a tu estómago. ¿Que fue lo que comiste que te cayó mal?

—Carlos no sé, no es necesario que te quedes, ve... —Me ignora y se mete a la cocina dejándome con la palabra en la boca.

Decido entonces ir a mi habitación y meterme al baño para hacerme la prueba, no tengo que esperar nada porque apenas coloco las gotas de orina en el test, las dos rayitas aparecen como por arte de magia.

—¡Mierda! No puede ser. —Salgo del baño y me tiro en la cama angustiada, aunque en el fondo ya lo sabía, aparte de las náuseas tengo un retraso de más de una semana, era más que obv...

La puerta de mi habitación se abre interrumpiendo mis preocupaciones.

— ¿Eso es...? ¿Te dejaste preñar por ese imbécil?

«¡Carajo! Olvidé botar el test»

—¡Oye!, no le digas así, no te permito que te metas con Andrés ¿Ok?

—¿Por qué estás con él Eva? Ese tipo no es para ti, es un...

—Eso a ti no te importa, y si estoy con él es porque lo amo y porque estoy perdidamente enamorada.

—Mientes, tu todavía me amas a mí, me lo dijiste muchas veces y también me lo demostraste. ¿Ya se te olvidó todas las veces que gritaste mi nombre mientras te...

—¡Cállate! No sigas, tu ya no me interesas, lo que pasó entre nosotros fue un error, del cual aprendí mucho eh, ya hablamos de esto, te lo dije aquella vez y todas la veces que lo has preguntado, ya  estoy harta de repetir lo mismo Carlos. Déjame en paz, ya no quiero nada contigo. Estoy con Andrés, lo amo y quiero pasar mi vida entera con él.

—Tu eres mía, no podrás olvidarme así tan fácil. El medicucho ese no te hara sentir jamás todo lo que yo. —Me rio.

—En eso también te equivocas, no sabes lo magníficamente bueno que es y todo lo que me hace sentir, como nunca nadie lo ha hecho jamás. —Sis ojos me miran muy mal.

MATEO, La Mejor Decisión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora