-CATORCE-

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Luego de que los mellizos bebieron un vaso de leche tibia y algunas galletas, llegó la hora de dormir. Con sus pijamas a juego llegaron a donde estaba su Gege. JingYi preguntó.

—Gege, ¿podemos dormir contigo?

—¿Conmigo? ¿No es su cama muy pequeña?

—Podemos cambiarle la cama a papá. —dijo SiZhui. Wei Ying contuvo una carcajada

—Lan Zhan, ¿Qué dices?

Luego de un momento de silencio, WangJi dijo.

—Sólo por hoy.

Así que esa noche, los tres revoltosos se acostaron en la cama de WangJi, cada niño a un lado del artista. WuXian se aseguró de contarles un cuento y darles un beso en la frente. Y como nunca, el pintor se quedó dormido temprano.

A eso de la media noche, WangJi, quien no podía conciliar el sueño, fue a revisar que sus hijos estuvieran durmiendo. Con sumo cuidado abrió la puerta de su habitación, intentando no hacer ruido, la pequeña lámpara que usaban sus hijos le daba un toque cálido a la habitación, combinaba bien con el silencio que reinaba en ella. Pero no era lo único que se sentía cálido.

El corazón de WangJi también.

Era como ver a dos bebés dormir cómodamente en los brazos de su mamá. Fue rápidamente a buscar su celular, y cuando regresó, inmortalizó el momento con una imagen. Una pequeña y linda sonrisa se formó en sus labios y se sintió listo para dormir.

El día Lunes se hizo presente, y a eso de las 7:00 AM WangJi entró a la habitación para levantar a sus hijos. Grande fue su sorpresa al ver a ambos trenzando el cabello de Wei Ying, quien estaba sentado frente al escritorio, parecían muy entretenidos.

—Buenos días.

Tres pares de ojos brillosos lo miraron y le sonrieron.

—Papá, buenos días. —respondieron los niños.

—Lan Zhan, ¿dormiste bien?

WangJi recordó la fotografía que tomó y la punta de sus orejas se pusieron rojas. Avergonzado, miró a otro lado y respondió.

—Bien, ¿y tú?

—Muy bien, ¿te ayudo con el desayuno? Los niños ya están terminando de peinarme.

A decir verdad, solo estaban haciendo una trenza simple, pero como el cabello de WuXian estaba algo largo, se demoraron un poco. Los pequeños hicieron un puchero cuando llegó la hora de amarrar la trenza, miraron a su papá algo frustrados.

—Papá, no podemos amarrar la cinta.

—¿Puedes ayudarnos? —preguntó SiZhui.

—Mn.

Wangji se posicionó detrás de Wuxian, tomó la trenza y con cuidado la amarró con la cinta roja. Sus hijos lo miraban atentos, memorizando cada movimiento que hacía su mano. En eso, Lan Zhan le susurró al pintor.

—Puedes arreglar tu cabello después, la trenza quedó algo suelta.

—Lo haré, pero después del desayuno.

Luego de eso, los mellizos desayunaron sus famosas tostadas con manjar y un vaso de leche, mientras que WangJi y WuXian fueron a terminar de arreglarse. Cuando ambos salieron, el Lan vestía un traje blanco y su cabello medio suelto, mientras que Wei Ying usaba un poleron negro holgado que dejaba a la vista su clavícula, sus característicos jeans negros y zapatillas blancas. Llevaba su largo cabello atado en medio moño con su cinta roja y su flequillo suelto. Los mellizos los miraron asombrados.

Papá Luchón | WangXian AU |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora