Papá Luchón | WangXian AU |

-VEINTIUNO-

Como buen sábado, WangJi estaba acostado en su cama con sus pequeños a sus costados; eran pasado de las nueve, planeaba quedarse hasta las diez y media con ellos, simplemente acariciando sus cabezas o sus mejillas. El timbre del celular lo hizo salir de su ensoñación.

—A-Yuan, ¿Puedes pasarme mi celular por favor?

El pequeño asintió y le dio el aparato. Era un mensaje de su hermano.

Xichen Ge

A-Ji, ¿Estás despierto?
¿Puedo ir a verlos hoy?
[09:55 AM]

Mn. ¿A qué hora?
[09:56 AM] Enviado y recibido.

Yo creo que como a las once... ¿Te parece bien?
[09:57 AM]

Mn.
[09:57 AM] Enviado y recibido.

WangJi dejó el teléfono a su lado y miró a sus pequeños que lo observaban curiosos.

—¿Le decimos a Wei Ying que venga hoy?

—¡Si! —respondieron a coro.

No es que no quisiera estar solo con su hermano, al contrario, se siente muy ligero desde que se encontraron en el parque. Es solo que aun no está listo para estar solo con él... Necesita a Wei Ying a su lado para que le diga que todo va bien.

Buscó el número entre sus contactos y apretó el botón de llamar. Uno, dos, tres... al quinto tono contestó, con la voz adormilada.

—¿Aló?

—Wei Ying.

—Aiyo~ ¡Lan Zhan! ¿Qué hora es?... Ah, las diez. ¿Qué pasa? —preguntó.

—¿Puedes venir a mi casa hoy? Ven a desayunar con nosotros.

—Claro, me visto y para alla.

—Mn.

Hubo un silencio al otro lado de la linea. —Lan Zhan, ¿Puedo llevar a A-Ling? —preguntó el artista.

—Mn.

—Bien, ve haciendo tus panqueques que me dio hambre. —dijo Wei Ying con gracia. Lan Zhan rodó los ojos con gracia.

—Te quiero. —dijo Wei Ying.

—Te quiero. —respondió Lan Zhan, para cortar la llamada.

—Papá, ¿Qué dijo Xian Gege? —preguntó A-Yuan.

—Que va a traer a Jin Ling a jugar con ustedes.

Los pequeños exclamaron un "¡Bien!" contentos, y rápidamente se levantaron de la cama a prepararse para jugar. WangJi se levantó aun en pijama, se lavó los dientes y fue a la cocina.

Además de hacer una cantidad considerable de panqueques, el Lan también preparó el pan para hacer las tostadas y tenía todo listo para hacer huevos revueltos a los que Wei Ying podría echarle tanto picante como pueda comer. Preparó su cafetera y puso lo necesario en la mesa. Cuando todo eso estuvo listo, fue a la habitación de sus hijos y los ayudó a escoger ropa.

Él también debía cambiarse. Como estaba cocinando, su cabello estaba atado en una coleta alta que no desató por lo apurado que estaba de cambiarse ropa. Tomó una polera holgada blanca y un Jean negro que se le ceñía a la cintura. No es la ropa que acostumbra usar, pero en una de sus salidas con Wei Ying, él le escogió nuevas prendas de ropa, diciendo que se verían realmente bien en él. Se miró en el espejo y sintió que hasta se veía un lar de años más joven. Se miró por última vez antes se salir rápidamente de su habitación al sentir el timbre. Abrió la puerta y vio a Wei Ying y su sobrino.