- CUARENTA -

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Eran pasadas las tres de la madrugada de un sábado cuando el teléfono de WangJi comenzó a vibrar. En realidad no lo despertó, porque de partida no podía dormir. Estaba tumbado en la cama mirando el techo de la habitación, envuelto en una manta felpuda que Wuxian le regaló hace unas semanas.

—Wei Ying. —dijo Lan Zhan a través de la linea, a modo de saludo.

— ¡Tesoro! estaba dibujando y me acordé de ti.

Su corazón bombeó fuerte, era la primera vez que Wei Ying lo llamaba de esa forma tan bonita. Le ha puesto varios apodos en el teléfono, asi como también le ha mandado varios por mensaje. Sin embargo, escucharlo es un mundo aparte. Esa dulzura natural que desborda sus conversaciones le encanta. 

—Uy, ¿Qué hora es? Soy un desgraciado muy desconsiderado, es bastante tarde. ¿Te desperté? —preguntó el pintor.

—No. No podía dormir. —respondió él. Se sentó en la cama y su vista se fijó en uno de los cuadros colgados en su habitación; ese lo habían hecho sus niños con su novio. No se cansaba de verlo.

—¿Por qué? No me digas que estuviste bebiendo café antes de dormir de nuevo. —dijo Wei Ying, a modo de reproche. 

—No, solo estaba pensando. 

—¿En qué?

WangJi sonrió y luego dijo: —En que me gustas mucho.

No lo vio, pero estaba seguro de que Wuxian dejó de mover su pincel y su rostro debía estar rojo, como cada vez que le hace un cumplido. Aunque viendo su personalidad, es cosa de tiempo para que deje atrás el nerviosismo y tome un poco más de confianza. 

—Aiyoo... Lan Zhan, vas a hacer que me de algo al corazón.

—Soñé que viviamos juntos, los cuatro. —susurró el Lan, como si estuviese confesando su secreto más oscuro, casi avergonzado.

—¿De verdad? Sería lindo. ¿Te imaginas como estarían A-Yuan y A-Yi? Se vuelven locos. —dijo Wuxian, soltando un par de risas en el proceso. 

Lan Zhan tomó aire. —Quiero que lo intentemos, cuando te sientas listo.

Wuxian no dijo nada por un par de segundos. Quizás fue menos de dos minutos, pero fueron los dos minutos más largos de su vida. Llevaban un par de meses de relación, y desde el primer momento ambos querian una relación seria, no era tan loco pensar en vivir juntos.

El pintor sonrió con la idea de una vida juntos, pero al mismo tiempo todavía sentía que le faltaba un poco, que aún no estaba listo.

En realidad era la inseguridad de no ser suficiente.

—Cuando ese momento llegué, serás el primer en saber y me ayudarás con la mudanza.

—Mn. Tenlo por seguro. —respondió el Lan.

Wuxian se mordió el labio y dudó un momento. —¿Estás realmente seguro de que puedes aguantarme? Lan Zhan, parece que no eres consciente, pero soy muy terco, a veces grosero, desvergonzado... Bueno, contigo todavia no jaja, ¡pero para allá voy! Me duermo tarde, despierto tarde... A veces ni duermo, ¡Y ni mencionar mi estudio! Tu vida tiene una rutina muy ordenada, todo tiene su tiempo y su lugar... Supongo que no quiero estorbar...

Lan Zhan suspiró. —Wei Ying.

Wuxian pareció no escucharlo. —Es decir, me encanta ir a tu casa y jugar, ¡pero es distinto!

—¡Wei Ying! —lo interrumpió, alzando un poco la voz.

Wuxian se estremeció al otro lado de la línea, sintiendo la piel de gallina por alguna razón que no comprendía.

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⏰ Última actualización: Oct 18 ⏰

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Papá Luchón | WangXian AU |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora