-DOCE-

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Ambos hermanos llegaron con una idea en mente: esconder sus golpes de su hermana. Sin embargo, no contaban con que los habían grabado, tampoco con que su hermana los esperaba a la entrada de la puerta. Fueron regañados por un buen rato, y cuando Yanli los dejó hablar, Wei Ying dijo.

—Shijie, en nuestra defensa, se lo tenía bien merecido.

Wuxian miró a Jiang Cheng buscando apoyo.

—Jie, cuando lo dejamos, aún podía levantarse y caminar, así que si después dice que no, esta mintiendo.

—Además, el también me dio uno.

Yanli suavizó su mirada. ¿Por qué es tan difícil enojarse con ellos? Acarició los nudillos de Jiang Cheng, luego las mejillas de Wei WuXian y sus nudillos.

—A-Xian, A-Cheng, sé que no pelearon sin razón, pero para la próxima, ¿pueden ser más discretos? No lo sé, hasta un callejón sirve.

Ambos asintieron.

—Además, debes cuidar tus manos, ¿qué diría el maestro Lan o nuestros padres si vieran tus manos así?

—Comprendimos la lección, ¿verdad ChengCheng?

Jiang Cheng reprimió una carcajada y siguió el juego.

—Si, Jie, XianXian y ChengCheng aprendieron la lección.

YanLi solto una pequeña risa.

— ¿Cuántos años tienen?

—XianXian y ChengCheng tienen 3 añitos. —contestó WuXian.

—Entonces, si tienen 3, XianXian no va a poder darle un beso al maestro Lan.

Wei Ying mostró una linda sonrisa.

—XianXian es listo, porque ya le dio un beso a Lan Zhan... Oh bueno, XianXian recibió un beso de Lan Zhan.

— ¿Cuándo? —preguntó Jiang cheng, entre orgulloso y sorprendido. Dejó las bromas de lado, Wei Ying imitó su acción.

—Ayer.

Wei Ying comenzó a relatar su progreso a sus hermanos, ambos estaban felices por el terremoto de Yunmeng. Es extraño y conmovedor ver que esperó 7 años. Y aunque WuXian siempre ha sido un buen apreciador de la belleza, guardó su corazón para ese chico vestido de rojo y esa aura inalcanzable.

Antes de ir a dormir, Wei Ying fue a su estudio, tomó su paleta y un pincel, y sonrió. Se sintió aliviado cuando vió que efectivamente no había ningún problema, un gran suspiro salió de sus labios.

"Lan Zhan, todavía puedo seguir pintanto" pensó. Con eso en mente, se fue a dormir.

Durante la semana, habló con Lan Zhan en varias ocasiones y se mensajeó por audio con los pequeños, amaba lo eufóricos que se ponían al hablarle, y también amaba los mensajes que mandaba Lan Zhan. Habían algunos días que WangJi solo le escribía en la mañana para desearle un buen día, y en la noche para desearle un buen descanso, pero esos mensajes eran especiales, porque WuXian sabía que aquel guapo profesor no lo hacía con nadie más.

Ah, el amor lo estaba dejando más tonto y despistado de lo que era. O al menos eso le decía Jiang Cheng.

Era domingo por la tarde cuando su teléfono comenzó a sonar. Wei Ying con pereza lo revisó y sus ojos brillaron al ver el identificador de llamada. Lan Zhan estaba llamando. Sin demorar más contestó.

— ¡Mi querido Lan Zhan! ¿Cómo estás?

—Wei Ying, estoy bien, gracias, ¿y tú?

—Mucho mejor ahora que me llamaste. —coqueteó.

Papá Luchón | WangXian AU |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora