-VEINTINUEVE-

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[[ Capítulo con contenido sensible, se recomienda leer en la soledad de su habitación y tener a mano un par de pañuelos por si las dudas. ]]

Los hermanos Xue tienen una dinámica tácita establecida entre ellos, como un código de conducta claro e irrompible que a ninguno de los dos les molesta y se preocupan de cumplirlo, una de las partes de esa dinámica consiste en darle la libertad suficiente a Qing para que de desenvuelva como adolescente, favoreciendo su independencia, para que cuente con la libertad y confianza suficiente de charlar sobre cualquier cosa.

Xue Yang al principio no estaba muy seguro de ésta regla, su pasado en el centro de menores le gritaba que es bueno mantener vigilada de cerca a la más pequeña para que nadie pueda pasarse de listo, pero hacerlo rompía claramente el acuerdo.

Mientras volvía de una salida con sus amigas un domingo por la tarde, A-Qing decidió separarse antes de su grupo para pasar al supermercado y comprar la cena, planeaba sorprender a su hermano mayor preparando una deliciosa comida caliente para ese día frío. Hubo un hombre de unos cincuenta años que la miró y sonrió cínicamente a la entrada, pero ella iba tan centrada en los ingredientes que necesitaba que no se percató de ello. Compró con tranquilidad.

Eran un poco menos de las siete, el cielo comenzaba a tornarse oscuro. A-Qing comenzó a sentirse observaba mientras caminaba, en un lapso de valentía miró discretamente hacia atrás y se encontró con que había un hombre a un par de metros de ella. Aún con esa distancia pudo notar la mirada cínicamente morbosa. Comenzaron a temblarle las manos y aceleró el paso, pero mientras más rápido avanzaba, más rápido caminaba el hombre de atrás. La estaba siguiendo, ya estaba lo suficientemente claro. Encontró una gasolinera abierta y sin dudarlo se metió al baño de mujeres.

A-Qing siempre pensó que reaccionaría diferente, que podría darse la vuelta y encarar a su agresor con valentía. Pero su cuerpo tiembla cual gelatina, la visión se tornó borrosa por las lágrimas y apenas le salía un hilo de voz. Se estaba odiando.

—¡DaGe..! —sollozó apenas contestaron el teléfono— DaGe tengo miedo...

—¿Qué pasó? ¿Estás bien? Respira, intenta explicarme. —le dijo Xue Yang por la línea.

A-Qing gimoteo e intentó calmarse, con la voz entrecortada respondió: —Un tipo que me está siguiendo, DaGe. Estoy asustada, no se va...

—Respira profundo— le dijo el mayor y lo escuchó cerrando una puerta— Necesito que me digas dónde estás, tu ubicación exacta, ¿Puedes compartirla conmigo?

A-Qing asintió aún sabiendo que nadie la vería y le mandó la ubicación por mensaje a su hermano en tiempo real, desde el baño podía ver por la ventana al hombre en el exterior, parado casualmente a un costado del baño de mujeres mientras fumaba un cigarro, esperando a que salga.

—¿Tienes tus audífonos por ahí? —le preguntó Xue Yang de pronto.

—¿Mis audífonos? Eh... —revisó su mochila— Sí, aquí están.

—Siéntate en la taza del baño, conecta los audífonos e intenta poner una canción de la señora esa que siempre escuchas en casa.

A-Qing lo intentó, pero debía cortar la llamada para hacerlo. Arrugó la nariz.

—Se llama Stefanie Sun, Sun Yanzi, DaGe. Y no puedo hacerlo, debo cortar para eso.

—Entonces tararea alguna canción de ella para escucharte, no cortes la llamada.

Xue Yang corría tanto como sus piernas se lo permitían, mientras intentaba desviar la atención de su hermana y obligarla a pensar en otras cosas. Funcionaba, al menos eso parecía. Qing ya no lloraba, solo se limpiaba la nariz ocasionalmente y lo regañaba por no conocer el nombre de su cantante favorita. Pero él lo sabía, era imposible que no lo supiese, solo fue una fachada. Estaba cerca, un par de cuadras los separaban.

Papá Luchón | WangXian AU |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora