Papá Luchón | WangXian AU |

-DIECISIETE-

Encontrar al amor de tu vida no siempre es fácil, a veces, es necesario pasar por otras personas antes de encontrarlo y saber que los sentimientos que te provoca no se pueden comparar.

Desde que tiene memoria, WangJi siempre ha escuchado que los Lan son apasionados y fieles, que una vez que encuentren a su alma gemela ya no habrá fuerza en este mundo que pueda separarlas, que se entregan en cuerpo y alma... Sin embargo, cuando era pequeño, incluso de adolescente, nunca pudo entender a qué se referían los mayores y los libros que dejaban, hizo su vida en automático hasta que lo volvió a ver... Y por fin supo a que se referían.

Wei Ying es comprensión, es alegría, es luz, es vida... Wei Ying es su amor verdadero.

Su alma gemela.

¿Sería demasiado apresurado pedirle noviazgo? Este último tiempo a tenido un sin fin de sentimientos atacando su pobre corazón, uno tras otro, sin darle tiempo para reflexionar.

Primero, tenía una mezcla entre celos y molestia con Wei Ying por la forma abrupta en que se metió a su vida, y solo quería sacarlo a patadas lo antes posible, pero... sus hijos parecían tan felices al verlo que realmente no tuvo corazón para hacerlos llorar. Después, descubrió que realmente era un tipo interesante con una gran faceta artística, despertando su curiosidad. Luego, comenzó a surgir esa extraña cercanía y esa extraña confianza entre ambos, como si se conocieran de toda la vida, y Wei Ying lo escucho, lo abrazó... y en ese abrazo lo acercó a su corazón, como si fuese lo más frágil que tenía en su vida y lo atesorara como a nada más.

Y cuando te cuidan así por primera vez, el corazón se remueve y late como loco ante la cálida sensación. Aún recuerda el nudo en la garganta que se le formó cuando Wei Ying le pidió una oportunidad para quedarse en sus vidas. Quizás fue en ese momento, o quizás cuando estaban en su casa y besó la comisura de sus labios.

Quizás fue la primera vez que lo vio, con ese traje de cultivador en negro y rojo que no pudo sacarlo de su cabeza, y solo lo estuvo posponiendo.

Cuando recordó de donde lo había visto ya no pudo frenar sus sentimientos ni los latidos de su corazón, que ya venían latiendo apresurados.

Él es un Lan, y los Lan tienen un amor para toda la vida, un amor etéreo que traspasa toda barrera, un amor sin fronteras, desinteresado y leal.

Él es un Lan, y por fin encontró a su amor.

Eran las nueve con cuarenta cuando llegó a su casa, era viernes, así que sus hijos podían dormir más tarde hoy. De alguna forma, estaba ansioso por llegar a su casa y verlos, a los tres.

—¡Lan Zhan! Bienvenido a casa. —saludó Wei Ying. Seguido de un beso en su mejilla.

—He llegado. —respondió, sonriendo.

Sus hijos corrieron a abrazarlo, llenándolo de besos y abrazos en el proceso. Luego de dejar sus cosas en el aparador de la entrada y lavar sus manos, se sentaron en la mesa a cenar. Las comidas de Wei Ying cada día sabían mejor, así que fue un momento grato, con sus hijos contándole lo que había ocurrido en el día, de sus jugarretas con Jin Ling y las deliciosas galletas que trajo Yanli.

Después de la cena tuvo que revisar unos documentos, así que se ausentó en su estudio al menos una hora, y cuando salió, Wei Ying secaba el cabello de A-Yuan, mientras que JingYi los veía entretenido.

—Gege, ¿podemos dejar crecer nuestro cabello como tú y papá? —preguntó A-Yi cuando Wuxian apagó el secador.

—Deberían preguntarle a papá, aunque yo creo que se verían preciosos.

—¿Enserio? —preguntaron ambos.

—Claro, con esa genética, definitivamente no serán feos en su vida.