-TREINTA Y CINCO-

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—¿Qué te dijo? —preguntó Madame Yu.

—Que viene por mi, debe estar por llegar. —respondió Wuxian.

—¿Viste? ¿Qué sacabas con dejar que tu teléfono suene todo el rato? —le reprochó la mujer.

Pero al ver a su hijo menor cabizbajo jugando con la punta de sus dedos, suspiró y bajó su tono, se acercó a él y con sus manos le tomó las mejillas para que alzara la mirada.

—A-Xian, bebé, sé que estás nervioso y tienes miedo y piensas que tu relación podría acabarse en este minuto, pero no es verdad. No puedes solucionar una discución evitando el tema, deben hablarlo, no es sano hacer como si nada pasó sin conversarlo primero. —le explicó Madame Yu.

Wuxian quería llorar desde que su madre dijo "bebé", pero se aguantó las lágrimas y asintió en acuerdo, cerrando los ojos ante la suave caricia de su mamá. Madame Yu se estaba controlando y Wuxian sabía que se estaba esforzando mucho para no decirle lo idiota que era por no querer responder una llamada. Incluso tuvo que obligarlo a devolver el llamado, alegando que ella no había inclucado en él ese tipo d econductas.

—Ahora ve a lavarte el rostro y a ponerte un sueter, en la tele dijeron que la tarde va a estar helada. —dijo Madame Yu luego de darle un beso en la frente.

Wuxian asintió y mientras se dirigía al baño escuchó a su madre decir "este mocoso..."

Lan Zhan llegó veinte minutos después, vistiendo un pantalón de tela negro, sus zapatos de cuero negro y una camisa lisa blanca con los primeros dos botones desabrochado, también llevaba un abrigo largo de color negro en sus brazos.

—Caminemos un rato. —dijo Wuxian saliendo de su casa.

Caminaron en silencio hasta llegar al pequeño parque donde Wuxian conoció a los mellizos. Una sonrisa nostálgica surcó sus labios.

—Aquí fue donde conocí a A-Yuan y A-Yi.

Se sentaron en una banca mirando algunos arboles. El pequeño parque estaba más o menos solitario, con poca concurrencia para la que usualmente tiene.

—Lo sé —dijo Lan Zhan—, ellos me contaron.

El silencio reinó entre ellos nuevamente y Wuxian estaba entrando en pánico.

¿Cómo resolvían los desacuerdos las parejas normalmente?

—Te extrañé mucho, Wei Ying. —dijo el Lan de la nada.

Wuxian sonrió sin mostrar los dientes. —Yo también te extrañé mucho, Lan Zhan.

—Lo siento mucho, te hice sentir mal y tu solo me estabas cuidando... —se disculpó el Lan.

—No me arrepiento —dijo Wuxian—. Volvería a pelear contigo una y otra vez por el mismo motivo, aunque eso significa que te enfades conmigo.

—Y lo aprecio mucho, pero no es correcto, no lo necesito. —dijo WangJi, girando su cuerpo para verlo de frente.

Wuxian también se giró y sus ojos se llenaron de lágrimas. —¡Se supone que si quieres mucho a alguien intentas que no le pase nada!

—No soy un niño, Wei Ying. No necesito que me protegas, sino que estés conmigo. —dijo el Lan. 

—Pero Lan Zhan...

—Quiero a Wei Ying conmigo, no separado de mi. —declaró el de ojos dorados.

Wuxian miró esos ojos dorados que tanto extrañaba y pensó que quizás estaba tan enfocado en evitar que el Lan se vea con su tío que olvidó que Lan Zhan ya no era un niño, sino un hombre de hecho y derecho que sabía defenderse solo. Ya no era el mismo joven de antes.

Papá Luchón | WangXian AU |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora