Capítulo 30: Desesperanza

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Bell

Bailar era algo que amaba. Cada vez que lo hacía me transportaba. Por esa razón al principio había creído que quizás no era tan horrible bailar en el club, pero estaba equivocada. Lo odiaba, y aunque intentaba cerrar los ojos y olvidarme de cual era mi trabajo, en algún punto debía abrir los ojos y ver a aquellos hombres dirigiéndome miradas lascivas que me hacían sentir cosificada.

Caminé alrededor de las mesas meneando las caderas sabiendo que eso hacía que me dieran más propina. Un hombre intentó tocarme y alejé su mano con una sonrisa intentando ignorar que en realidad quería escupirle la cara. Eran muy repugnantes.

Caminé hasta el vestuario y me sentí feliz cuando me di cuenta de que había hecho mucha propina, y todavía me faltaba cobrar el sueldo que Patrick, el dueño del club, me pagaba. Me quité el antifaz y me vestí con mi ropa guardando el conjunto azul que había usado para bailar. Conté el dinero una vez más y lo guardé en el bolsillo escondido de mi bolso.

Escuché la puerta abrirse y creí que sería alguna de las otras mujeres, pero era Patrick. Él siempre sonreía como si no fuese una basura humana, pero en ese momento se encontraba serio, y eso no me gustó nada.

—Bell, el club te agradece por este año y medio de trabajo. Atrajiste muchos clientes pero no puedes seguir siendo nuestra bailarina. Hace mucho tiempo que estás y necesitamos algo nuevo que atraiga clientes. Necesitamos otro espectáculo —anunció con indiferencia. Sentí un escalofrío recorrerme la espalda.

— ¿Estoy despedida? —pregunté sin poder creerlo. Nunca me imaginé que eso sucedería. Cada noche en ese club lo veía, los hombres babeaban por mí. No podía despedirme sin más. El asintió con la cabeza confirmando mis palabras.

"—No, por favor, necesito trabajar acá. Necesito el dinero. Puedo hacer nuevas coreografías, o cobrar menos —ofrecí pero el negó con la cabeza.

—No, ya encontramos a otra bailarina, pero si tanto necesitas el dinero, hay muchos hombres que preguntan por ti. Hay muchos que esperan hace meses, y si decides acostarte con ellos, puedes conseguir mucho dinero —aseguró y negué con la cabeza.

Prostituirme era algo que me había prometido a mí misma no hacer. Ni por todo el dinero del mundo lo haría. Sabía que hacerlo me destruiría, y me aterraba no volver a ser yo misma.

—No —susurré en un hilo de voz.

—Si cambias de opinión, siempre vas a ser bienvenida —dijo con una sonrisa fingida y comenzó a caminar hacia la puerta. Me sentí nerviosa por tener que recordarle que todavía no me había pagado porque ese hombre me inhibía desde que lo había conocido, pero necesitaba demasiado el dinero como para darme el lujo de no decírselo.

—Patrick, todavía no me pagaste por esta noche.

—Ah, sí. Es que vi que recibiste mucha propina y bueno, sabes que el club está en una situación complicada —dijo encogiéndose de hombros dándome a entender que no me pagaría.

—Pero necesito el dinero —insistí.

—Sí, y yo ya te dije que si quieres dinero vas a tener que abrir las piernas —espetó antes de irse. Apreté los dientes con rabia porque si no me quería pagar, no podía hacer nada. No era como si hubiera un lugar donde quejarse.

Suspiré y cerré los ojos llevándome las manos al rostro. Odiaba ese trabajo, pero perderlo era lo peor que me podría pasar. La vida de mi madre dependía de ese dinero y la mía también. No tenerlo significaba que mi vida se desmoronaba, justo frente a mis ojos.


Hola amores, capítulo cortito ya lo sé, si tienen alguna idea que les gustaría que agregara haganmela saber, porque a mi no se me ocurrio nada :(

Espero que les guste. Muy importante para la trama lo que acaba de pasar. ¿Que creen que ocurrira ahora? Cuentenme en los comentarios.

Con amor, Sabrina♥

Con amor, Sabrina♥

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Noches eternas | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora