Maratón 2/5
Saludé a Kara con un gran abrazo en el momento en que abrió la puerta porque hacía semanas que no la veía y a pesar de hablar por mensaje todos los días, la había extrañado mucho.
Ella era mi mejor amiga desde los once años más o menos, y a través del tiempo nuestra amistad se había fortalecido. Hacía un año y medio o un poco más ella había sufrido trastornos alimenticios que todavía dejaban secuelas en ella, por lo que verla cada día un poco más saludable me alegraba inmensamente.
Caminamos hasta su cuarto donde nos sentamos en su cama y ella sin dudarlo por un segundo cerró su computadora portátil y comenzó a hablar conmigo.
— ¿Qué estabas haciendo? —pregunté ya que mi visita había sido repentina al saber que al fin había terminado con sus exámenes, los cuales había aprobado con muy buenas notas. Me enorgullecía que estuviese recorriendo aquel camino que ella amaba hasta que pronto lograría convertirse en una increíble periodista.
—Estaba trabajando en una novela que abandoné en cuanto comencé a tener que estudiar los exámenes —explicó sonriendo. Escribir era su pasión y había sido hermoso estar a su lado durante todo ese tiempo en que ella mejoraba en lo que más le gustaba hasta convertirse en una increíble escritora como lo era.
—Sí, felicitaciones por haber aprobado todos los exámenes, te lo merecías. Trabajaste súper duro y lo lograste —elogié siendo honesta. Ella sonrió encogiéndose de hombros como si no fuese algo importante, aunque sabía que por dentro se sentía feliz y emocionada de finalmente estar superando la bulimia y la anorexia y estar haciendo algo que le gustaba y la distraía—. Y respecto a tu novela, en cuanto la termines la quiero leer.
—Sí, te va a encantar. Es sobre una chica que encuentra a su mejor amiga muerta y tiene que averiguar qué sucedió —relató emocionada haciéndome reír porque ese era el tipo de historias que le gustaban escribir desde que aquella relación amorosa que parecía ser perfecta la destruyó por completo, y desde que intentaba reconstruirse ya no escribía ni leía historias de amor.
—Suena misteriosa. Me gusta.
—A mí también.
— ¿Ya comiste? —pregunté antes de bostezar debido al cansancio que sentía.
—Si —respondió con una sonrisa de boca cerrada para luego aclarar—. De verdad comí, no estoy mintiendo.
—Nunca dije que lo hacías.
—Lo sé, pero me estás mirando fijamente como si buscaras un indicio para saber si estoy diciendo la verdad. Como si dudaras de mi palabra. Sé que todavía estoy muy delgada, pero estoy sana y feliz. O al menos intento estarlo.
—Y yo estoy feliz por ti —declaré con sinceridad. Al decir aquello pareció como si una lamparita se prendiera en su cabeza mientras recordaba algo y sonreía inmensamente.
—Tengo una gran noticia —anunció y podía ver lo emocionada que lucía. Elevé mis cejas esperando a que continuara—. ¡Mi menstruación volvió!
Abrí la boca sin poder creerlo antes de sentirme súper feliz y abrazarla felicitándola. Su periodo se había vuelto irregular cuando todo comenzó hasta desaparecer por completo y que volviera era una buena señal, significaba que realmente estaba mejor.
—Ahora puedes quedar embarazada —bromeé.
— ¿De quién? Del espíritu santo —respondió rodando los ojos y haciéndome reír.
Llevé mi mano hacia mi cabello para alejarlo de mi rostro y el suyo lleno de alegría se tornó en uno de preocupación en tan solo un segundo. La miré sin comprender cuando ella tomó mi mano con miedo.
— ¿Qué te pasó? —cuestionó preocupada examinándola. Tenía una gasa por lo que realmente no se veía nada, pero el tamaño de la gasa fue lo que provocó su reacción llena de miedo.
—Me corté. No es nada igual, Shane me curó hace un par de noches —expliqué sacando la venda y dejando ver la herida. Ella hizo cara de asco haciéndome reír.
— ¿Él te hizo los puntos? —cuestionó y soltó mi mano acercándomela como si me la diera de vuelta para que la cubriera y ella dejara de sentirse asqueada. Sonreí divertida.
—Sí, porque no paraba de sangrar y él tenía miedo de que se me infectara. No quería ver cuando lo hizo porque me daba miedo desmayarme o algo así, pero vi el último punto que hizo y era impresionante la agilidad. Además, tardó menos de cinco minutos.
—No puedo creer que te excite que te hagan puntos —analizó riendo. Rodé los ojos suspirando pesadamente antes de terminar riendo con ella.
—Te lo estaba contando solamente porque me parece interesante.
—Sí, porque te gusta Shane te parece interesante. Si cualquier otro médico lo hiciera no le darías importancia, ¿o me equivoco?
Por supuesto que no se equivocaba, ya me habían hecho puntos una vez hacía mucho tiempo y lo único que había pensado en el momento era en que dolía, pero yo no iba a admitir eso porque sería un motivo más para que se burlara.
—Estás equivocada. Somos amigos nada más.
—Por ahora son amigos. Por favor, ¿me vas a mentir? Te mueres de ganas de besarlo, y estoy segura de que él se muere de ganas por besarte también —afirmó sonriendo antes de cambiar de tema tomando su computadora para mostrarme la portada que había creado para su libro, lo cual fue un alivio.
Me ponía demasiado nerviosa hablar sobre Shane porque a mí comenzaba a gustarme y me hacía sentir insegura que él no mostrara ningún indicio de si sentía lo mismo que yo, pero después de todo, ¿cómo podía no gustarme? Cuando siempre era tan atento, dulce y amable, y no solo conmigo sino con todo el mundo. Además, él era mucho más que solo eso, era divertido, atractivo, tenía una sonrisa encantadora...
Sacudí la cabeza intentando dejar de pensar en él y me concentré en lo que mi mejor amiga me decía o de otro modo me iba a volver loca pensando en un hombre que solo me veía como una amiga a quien debía ayudar.
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Noches eternas | COMPLETA
RomanceBell bailaba en ropa interior por dinero. Shane había perdido a un paciente en una cirugía. Una mala noche los llevó a reencontrarse y antes de que se dieran cuenta, estaban compartiendo sus noches eternas. ¡Atención! Esta novela contiene escenas s...