Bell
Ver a Shane el sábado siguiente en el club no fue una sorpresa. Después de todo él me había dicho que iría, pero eso no significaba que su presencia no me pusiese nerviosa. A una parte de mi le gustaba que él fuese, porque era su forma de cuidarme y demostrarme que seguíamos siendo amigos a pesar del tiempo, y a otra parte de mi le avergonzaba infinitamente. Sin embargo, ambas partes de mi misma estaban nerviosas.
Mi corazón estaba acelerado a un ritmo mayor que el normal mientras la preguntaba rondaba mi mente. ¿Qué pensaba él mientras me veía?
Esa vez a diferencia del sábado que me reencontré con él, llevaba una máscara. Era algo que le había agregado a mi conjunto luego de que Shane me reconociera. No quería arriesgarme a que sucediera de nuevo.
Baje del escenario al terminar mi baile y las miradas lascivas que los hombres me dedicaban, me repugnaban. Sabía que más de uno estaba teniendo miles de pensamientos sexuales con respecto a mi cuerpo, pero intentaba ignorarlo. Así como también sabía que más de una vez habían preguntado cuánto era el precio por tener sexo conmigo.
Siempre que terminaba mi show, caminaba entre las mesas mientras me daban propinas, pero esa vez, solo buscaba a Shane y no quería llegar a él teniendo billetes en mi ropa.
Cuando un hombre intentó convencerme de tener sexo, una de las tantas chicas que trabajaba conmigo, se acercó, me guiñó un ojo de forma cómplice y distrajo al hombre. Eso era uno de las pocas cosas que valoraba del lugar. Todas las mujeres teníamos un vínculo silencioso, como una amistad, aun siendo escasas las veces que hablábamos. Nos ayudábamos mutuamente porque para juzgarnos y criticarnos estaba el resto del mundo.
Visualicé a Shane sentado en la barra con un trago en su mano en el momento exacto en que Rose, una prostituta, se acercaba a él para coquetearle y sacarle un poco de dinero. Lejos de estar sorprendida o enojada, porque después de todo ese era su trabajo, aceleré mis pasos antes de que sucediera y la intercepté con una sonrisa cuando solo faltaba un paso para que lo alcanzara.
—No, él no —susurré, intentando que Shane no me escuchara.
—Ah, perdón Bell. No sabía que estaba contigo—se disculpó con amabilidad. Negué con la cabeza restándole importancia y sonreí hacia ella—. Le voy a avisar a las demás.
—Gracias —respondí antes de verla alejarse. Volteé para observar a Shane quien estaba distraído con su celular—. Hola —saludé y me arrepentía de no haberme cambiado primero porque continuaba con aquel conjunto diminuto negro que exponía demasiada piel. Sin embargo, él se giró hacia mí y ni siquiera miró mi cuerpo. Sus ojos permanecieron en los míos, y eso me hizo sonreír recordando que él no era la clase de hombre que te haría sentir incomoda, mucho menos adrede.
—Hola —dijo con su sonrisa característica.
Tomé su mano y comencé a guiarnos hacia la parte trasera que utilizábamos para prepararnos.
—Tengo que cambiarme antes de irnos, pero tardo solo un minuto. No quería que estuvieras allí solo. Este no es un ambiente muy lindo —expliqué mientras detrás de una cortina que nos separaba, comencé a cambiar mi ropa.
—Eso ya lo noté... ¿Por qué no hay ninguna otra mujer aquí?
—Porque muchas están buscando clientes y muchas otras están en las habitaciones de arriba con algún cliente —respondí y al terminar de ponerme la sudadera y el jean, corrí la cortina acercándome al espejo. Esa noche llevaba el pelo suelto en leves ondas que había conseguido con ayuda de Jeanine. Me quité el antifaz y comencé a desmaquillarme el resto del rostro.
— ¿Alguna vez lo hiciste vos? —cuestionó en un susurro, acercándose.
Observé el tocador en donde reposaban mis manos.
— ¿Tener sexo por dinero? —pregunté dirigiendo mis ojos a los suyos. Él asintió confirmando— No. Nunca lo hice —respondí en un susurro. Ambos nos mantuvimos callados. Nunca lo había hecho, y esperaba no tener que llegar a hacerlo. Sin embargo, tampoco creía ser capaz de tener el trabajo que tenía y ahí me encontraba. Todavía podía recordar la primera noche, en que tenía pudor de mi prácticamente desnudez frente a tantos desconocidos, y ahora era algo tan normal que ni siquiera me ruborizaba.
Espero que lo disfruten y por favor no olviden votar y comentar.
Con amor, Sabrina♥
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Noches eternas | COMPLETA
DragosteBell bailaba en ropa interior por dinero. Shane había perdido a un paciente en una cirugía. Una mala noche los llevó a reencontrarse y antes de que se dieran cuenta, estaban compartiendo sus noches eternas. ¡Atención! Esta novela contiene escenas s...