Bell
Levantarme cada mañana tan temprano era difícil, y si luego de escuchar el despertador me quedaba unos instantes más, consideraba seriamente la posibilidad de llamar al trabajo y decir que estaba enferma. Por eso, conté hasta tres y me obligué a mí misma a levantarme sin pensarlo.
Como cada mañana caminé hasta el baño y me preparé para afrontar aquel día. Me gustaba bañarme por las mañanas pero eso significaba que debía secarme el cabello también y para eso debía levantarme con más tiempo así que siempre terminaba decidiendo tomar una ducha al regresar por la tarde.
Luego de estar lista me dirigí hasta la cocina encontrándome con mi madre preparando el desayuno. Le sonreí y besé su mejilla antes de tomar la taza de café humeante que me ofrecía y comenzar a beberla de a sorbos para no quemarme.
— ¿Puedes despertar a Lottie por favor?
Con un asentimiento le indiqué que lo haría y me dirigí al cuarto de mi hermana. Yo no era una persona que hablara demasiado por las mañanas, prefería mantenerme en silencio. Al menos hasta que mi cerebro se despertara. Lo cual era difícil viviendo con una pequeña que amaba hablar.
—Lottie, despierta —susurré acariciando su hombro y luego su pequeño rostro. Ella se removió todavía con los ojos cerrados—. Lottie, tienes que ir al instituto.
—Pero no quiero —susurró de vuelta con voz somnolienta— ¿Puedo faltar?
Me reí sin poder evitarlo y fue ahí cuando ella entreabrió los ojos antes de cerrarlos de nuevo, venciéndola el sueño.
Me gustaría decirle que sí, que podía faltar porque yo a su edad también prefería dormir antes que estudiar, pero no podía hacerlo. No había nadie que se quedara a cuidarla ya que yo tenía que ir a trabajar y mi madre tenía una sesión de quimioterapia. Tenía que ir al instituto.
—No mi amor, no puedes —ella frunció los labios abriendo los ojos y estiró sus brazos hacia mi cuello. Estaba grande para que continuara cargándola pero no podía negarme. No cuando todavía era mi pequeña hermanita. La tomé en brazos y ella recostó su cabeza en mi hombro mientras caminábamos hacia la cocina.
La senté en la mesa y mamá le puso delante un plato de hotcakes que la hizo sonreír y despabilarse por completo.
No tardamos mucho en estar listas y salir todas juntas de la casa. Nos despedimos de nuestra madre ya que ella tenía que ir en la dirección contraria y comenzamos a caminar con Lottie de la mano por las calles que nos llevarían hasta el instituto en el que ella estudiaba. Al igual que cada día, jugábamos a contar cuántos vehículos pasaban, algo que parecía ser muy divertido para ella, y yo haría cualquier cosa por hacerla feliz, así que, aunque me parecía lo más aburrido del mundo, fingía interés como la mejor actriz.
—Mañana podríamos traer comida y darle a los perritos —dijo ella observándome desde su baja estatura con una sonrisa.
—No, no podemos hacer eso porque después los perritos nos siguen y se ponen muy tristes cuando no los adoptamos
—Pero era divertido —se quejó frunciendo el ceño y haciendo una tierna mueca— ¿Podemos tener un perrito por favor?
—No Lottie, mamá ya dijo que no.
—Pero le puedo preguntar de nuevo —respondió como si fuese la mejor idea del mundo—. O le puedes preguntar tu queeresgrande. A tite va a decir que sí —aquella ocurrencia me hizo reír. Era la primera vez que lo decía, y ella no parecía darse cuenta de que yo tampoco quería un perro que después tendría que cuidar.
—No es momento de tener un perrito.
— ¿Por qué? —cuestionó. Abrí mi boca y la cerré, porque ella no debía saber la respuesta a esa pregunta, y tampoco a la siguiente que me tomó desprevenida— ¿Por qué mamá está tan rara?
Para mi suerte, llegamos frente al instituto, y ella debía entrar o se le haría tarde. Me agaché a su altura, le di su mochila que había estado cargando sobre mis hombros y la abracé.
—George va a pasar a buscarte, y yo te voy a recoger por su casa más tarde, como siempre —expliqué acariciando su cabello al alejarme. George era su padre, un hombre amable que mi madre había conocido tiempo después del divorcio con mi padre, y con quien tuvieron a mi hermosa hermana. Sin embargo, con los años se dieron cuenta de que no eran el uno para el otro, y aun así mantuvieron una relación de amistad.
George era de gran ayuda el último tiempo con respecto al tratamiento de mi madre, y como Lottie pasaba todos los fines de semana en su casa con él y su novia, Breanna, yo podía trabajar sin preocuparme porque alguien la cuidara. También la retiraba del instituto cada día hasta que mi turno de trabajo en la cafetería terminara y entonces yo la buscaba.
Ella asintió con la cabeza, y lucía triste, como si por su mente todavía pasaran las ideas de lo que le ocurría a nuestra madre.
—Podemos tomar un helado si quieres. De chocolate —añadí haciéndola sonreír y asentir con la cabeza, entusiasmada. Besó mi mejilla y corrió dentro del instituto con los demás niños. En cuanto vi que saludaba a sus amigos, comencé a caminar hacia mi trabajo.
Suspiré con pesadez recordando las preguntas de mi pequeña y curiosa hermana. Por supuesto que ella merecía saber la verdad, pero no encontraba el momento ni la manera de explicarle lo que pasaba y lo que pasaría. Ella era muy pequeña y no estaba preparada para perder a nuestra mamá. Ni siquiera yo lo estaba. Además, no era lo suficientemente valiente, porque sabía que en el momento en que se lo dijera, ella lloraría, y yo no podía soportar verla sufrir, por lo que, con mucha culpa, continuaba postergándolo. Sabía que a mi madre le sucedía lo mismo, y no la culpaba porque yo más que nadie la entendía.
Llegué a la cafetería minutos después saludando a mi jefa, Amelia, con una sonrisa. Me coloqué el delantal y comencé a preparar las mesas cuando sentí mi celular vibrar en mi bolsillo.
Mama_10.02
Ya llegué al hospital. Que tengas un lindo día en el trabajo. Te amo.
Sonreí y comencé a atender a los primeros clientes que ingresaban. No había respondido nada, pero ella sabía que lo había leído, así como sabía que yo también la amaba.
Hola amores. Queria decirles que estoy muy feliz por cada una de las lecturas que recibo, votos y me rio mucho con sus comentarios. Espero que les este gustando la historia y saben que siempre pueden hablar conmigo para darme sus opiniones.
Con amor, Sabrina♥
ESTÁS LEYENDO
Noches eternas | COMPLETA
RomanceBell bailaba en ropa interior por dinero. Shane había perdido a un paciente en una cirugía. Una mala noche los llevó a reencontrarse y antes de que se dieran cuenta, estaban compartiendo sus noches eternas. ¡Atención! Esta novela contiene escenas s...